En el Dolce de
Sitges te tratan a cuerpo de rey

Por Ferran Martínez-Aira
A ver dónde encuentras un hotel de 263 habitaciones con tres
tipos de colchón o nueve modelos de almohada diferentes. Dolce
Sitges ofrece a sus huéspedes un esmerado abanico de servicios
para que durante la estancia se pueda disfrutar como en tu
propia casa. Las teles son de 55 pulgadas. El secador de pelo
tiene la máxima potencia. El ordenador personal cabe en la caja
fuerte.

Sin embargo, la bandera de Dolce es la limpieza. Todo brilla
como los chorros del loro. “No hay cosa más dura en un hotel que
el equipo de limpieza”, asegura el ojo que todo lo ve.

Francisco José Jiménez se hizo
cargo de la dirección de Dolce en el 2003. Su eterna sonrisa
delata la felicidad del trabajo hecho a conciencia, arropado por
280 personas que conforman su “Dream Team”. Antes de comenzar la
jornada, el máximo responsable de este paraíso vacacional, que
utilizó de incógnito Luis Suárez, ha recorrido 85 kms. que
vuelve a repetir de vuelta a casa cuando acaba la “Dolce”
jornada.

El complejo ha sido galardonado en
los últimos cinco años con el certificado de excelencia y una
puntuación de 4,5 sobre 5. Dolce Sitges está especializado en el
mundo de los negocios.
Si las habitaciones de Dolce Sitges deslumbran a sus huéspedes
por su incomparables vistas sobre la bahía de la Blanca Subur
con el campo de golf de Terramar como prolongación del faraónico
edén del propio hotel, las cinco piscinas climatizadas (una
interior con jacuzzi) son una bendición para los cinco sentidos.
A pesar de que el hotel dispone de un servio particular de bus
por si los clientes quieren darse un chapuzón en alguna de
playas sitgetanas, la mayoría opta por quedarse en Dolce donde
te tratan a cuerpo de rey.

Al que escribe se le ocurrió mirar
el precio para pernoctar este pasado 29 de mayo y mi sorpresa
fue que la pantallita me indicaba que pagaría 109 euros. La
tarifa siempre la calcula el ordenador inteligente en función de
la ocupación del día señalado porque la misma habitación en
julio o agosto se cotizará por lo menos el triple con respecto a
ese último miércoles del mes de las flores.

Dolce Sitges se encuentra a 35
minutos de Barcelona y del Aeropuerto Josep Tarradellas. El
hotel está pensado para que ejecutivos (hay 27 habitaciones
reservadas para ellos) puedan consolidar sus proyectos. A Dolce
Sitges acuden clubes deportivos donde se relajen lejos del
mundanal ruido y naturalmente particulares que aprovechan el
trato y los servicios para múltiples celebraciones, a sabiendas
que todo va a salir a pedir de boca.
El que escribe perdió el móvil. Cuando llegué a Francesc Macià
no llevaba conmigo la herramienta de trabajo. Francisco movilizó
a su “Dream Team”. No apareció porque la maquinita se quedó en
el asiento del autocar. Estos periodistas…
En realidad, la excusa que me llevó a descubrir Dolce, que se
llama así en honor a su fundador Andy Dolce, un italoamericano
ya octogenario y retirado de las finanzas de la hostelería, fue
la presentación a los medios de la nueva temporada gastronómica.

Tras la bienvenida con un novedoso
aperitivo bautizado con zumo de sandía, el chef internacional
Jaume Balada homenajeó nuestros paladares con un salmorejo
tradicional con atún ahumado, migas especiadas y chalotas
confitadas en vinagre de Módena, Para seguir con un arroz
caldoso con sepia, alcachofas y alitas de pollo.
El tercer plato que apareció en la
mesa del acogedor restaurante exterior La Punta fue un bonito a
la plancha con cremoso de zanahoria y gelatina de palo cortado.
Para rematar por la escuadra con cochinillo a baja temperatura
con puré apionabo.
El colofón de Jaume Balada no pudo ser más original y
sorprendente como certifica la fotografía del móvil que todavía
seguía conmigo: “Jardín Zen” con chocolate blanco, cacao y té
Matcha. Excelente bodega con un Modernista DO Terra Alta, Un
Gramona Gessamí, un Artadi Tempranillo y un Mas Comtal para
brindar por este canto a la buena vida.
En Dolce Sitges eliges donde prefieres realizar tus ágapes.
Además del coquetón La Punta (menú de 30 euros) en el Esmarris
puedes cenar con vistas al Golf y al Parque Natural del Garraf.

Dentro del hotel hay un torreón
reconstruido por Arnau Aluví. De esta zona se tienen referencias
escritas que datan de 1057. Sólo han transcurrido 962 Dolces
años.
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