Café Quijano: 20
años cantando al amor

Por Ferran Martínez-Aira
Pasan cuatro minutos de las nueve de la noche. En la Sala Barts
del Parelelo barcelonés no cabe un alfiler para ver a los
hermanos Quijano en su Gira 2017. Manolo, Raúl y Oscar irrumpen
en el escenario con sus inseparables guitarras y acompañados de
cuatro virtuosos músicos, entre ellos el genial percusionista
Yuvisney Aguilar. “Las llaves Raquel” estremecen a un público de
todas las edades. Padres con hijos que ya tienen novia y novio y
que se han enganchado al “quijanismo” nacido en 1997 y ahora
santo y seña de al menos un par de generaciones.
Son 20 años de Café Quijano cantando al amor y en especial a la
mujer, sin la cual el trio leonés no tendría razón de existir.
Los Quijano presumen de ser unos románticos empedernidos y del
privilegio de compartir cuatro lustros de muchos más gustos que
disgustos. “La Lola”, grabada en 1999, sigue siendo su canción
talismán como “La taberna del Buda” que ayer cerró el capítulo
de bises ante una audiencia entregada, que vibró con “Desde
Brasil” cuya historia cuenta Manolo Quijano con finísima ironía,
aludiendo a las tres novias que compartía al mismo tiempo
mientras estudiaba en un municipio siempre cercano al lugar
donde actuan, ayer L’Hospitalet de Llobregat.

Campechanos los Quijano no regatearon
esfuerzos con otros temazos como “Cuatro palabras” o “Todo lo
que siento”. Para intercalar éxitos del 2003 “No tienes
corazón”, compartiendo entonces escenario con Joaquín Sabina.
Los decibelios fueron subiendo en la Sala Barts como por arte de
magia y excelente acústica cuando homenajearon a su “Macarena”.
Manolo estaba entregado a su doble faceta: “showman” y llevar la
voz cantante sin restar protagonismo a sus hermanos pequeños ni
a su banda.
Nadie como los Quijano para rendir tributo al bolero que han
versionado con otros artistas del otro lado del Atlántico como
Armando Manzanedo. “Lo que tuvo que ser” o la pegadiza “Me
enamoras con todo” alcanzaron de pleno el extásis a punto de
cumplirse las dos horas de concierto. Los fans querían más y los
hermanos Quijano se lo dieron con “Robarle tiempo al tiempo”.
Nadie quería el final. Manolo, Raúl y Oscar estaban encantados
de complacer a sus incondionales. El Buda, el Buda, el Buda…fue
apoteósico. Todos de pie dando rienda suelta a brazos y piernas.
Todos cómplices. Caras de emoción. Buen rollito. “Contigo
mereció la pena” como dice otra de sus enamoradizas canciones
“En mis besos”.

Manolo, Raúl y Oscar son los hijos del
patriarca Manuel, que sigue regentando “La Lola”, la taberna más
popular en el corazón de la capital leonesa. Orgullo de padre me
contaba este verano porque los suyos se dejan la piel cada noche
cuando cantan al amor. La música vive en sus cuerpos desde hace
20 años.
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