Por Ferran Martínez-Aira

Por si no os apetece seguir leyendo lo que escribo, sólo un consejo: ir al cine si todavía no habeis visto BOHEMIAN RHAPSODY. Seguro que durante algunos planos de este peliculón con mayúsculas dudareis por momentos si Freddy Mercury ha resucitado tras su fallecimiento en 1991 con 45 años. El actor norteamericano Rami Malek (Los Angeles 1981) no sólo da vida, imitando portentosamente al líder de Queen, sino que durante 134 minutos de metraje alcanza el éxtasis que transmitió el cantante hasta el concierto Live Aid, cuando ya enfermo de Sida, reunió a Queen el 13 de julio de 1985 en el concierto de Wembley, celebrado simultáneamente con el del John F. Kennedy de Filadelfia para recaudar fondos para Somalia y Etiopía.

Sobresaliente el guión que firma Anthony McCarten y que dirige Dexter Fletcher. BOHEMIAN RHAPSODY y Rami Malek competirán con otras ocho nominaciones a los Oscar del próximo 26 de febrero. Sin embargo, caiga o no caiga la estatuilla, el triunfo ya ha llegado por anticipado. La leyenda de Freddy Mercury sigue viva 27 años después de su muerte. Los cines de los cinco continentes se están llenando a diario para vibrar, reír, llorar y pillarse un subidón con BOHEMIAN RHAPSODY.

Rami Malek, con un hermano gemelo en la vida real llamado Sami, tiene buena parte de culpa, interpretando soberbiamente a Freddy Mercury que si estuviera vivo aplaudiría con todas sus fuerzas al actor norteamericano que se ha metido en su piel y al resto de actores de BOHEMIAN RHAPSODY como Lucy Boynton en el papel de Mary Austin, la mujer que conquistó el corazón de Mercury y a la que confesó su bisexualidad en una de las escenas más hermosas de la película que alcanza el clímax con el concierto Live Aid o cuando Mercury, empapado por la lluvia, despide a su representante y amante. Completan un cuidado reparto: Joseph Mazello dando vida a John Deacon, Mike Myers a Ray Fosterq, Ben Hardy a Roger Taylor y Gwilym Lee a Brian May.

A Freddy Mercury allá donde estés y a Rami Malek por su interpretación