Teatro |
Barcelona : La Beckett vibra con las miserias de “L’alegria”

Por Ferran Martínez-Aira
La Sala Beckett-Obrador Internacional de Dramaturgia (Pere IV,
228) se rinde estos días a la puesta en escena de “L’alegria” de
Marilia Samper. En cartel hasta el 12 de noviembre.
A tres actores consagrados como Lluïsa Castell, Montse Guallar y
Andrés Herrera se une Alejandro Bordanove (1995), dando vida a
Eli, un adolescente con parálisis cerebral y alma de la obra,
que transcurre en un barrio obrero de casas baratas, que lucha
por conseguir una rampa en el portal para que el discapacitado
pueda disfrutar del solecito, la lluvia y el mundo más allá de
las tristes cuatro paredes. Júlia, la madre, que tiene el piso
alquilado y trabaja de sol a sol, padece una hernia que le
impide cargar en brazos a su hijo como hacía siempre para salvar
los nueve escalones de la entrada.
Noventa minutos sin descanso transportan al espectador a vivir
la obra en primera persona cuando un espléndido Bordanove,
paradójicamente desdobla su personaje en el vecino que se
instala entre el público para oponerse a un gasto que sólo va a
beneficiar al vecino con movilidad reducida.
La fuerza de los personajes, miserablemente entrañables, se
apodera del escenario a medida que avanza el drama y bordean el
límite. Vera, encarnada por Montse Guallar, derrocha oficio,
pordioseando entre vecinos y encontrando siempre el alma
caritativa de Júlia, la que a pesar de todo, vive con más
alegria su particular calvario, al tiempo que el propietario
olvida sus penas cantando coplillas a su mujer postrada en una
cama de por vida y refugiándose en Vera para escaquearse de la
derrama que supone la rampa.
Apunten este nombre: Alejandro Bordanove se subió por primera
vez a un escenario a los 8 años. Licenciado en Arte Dramático
por el Institut del Teatre de Barcelona, como actor ha trabajado
en Cuánto, Más allá del dinero y Quiero ser Martín Hernández. A
nivel teatral y antes de interpretar L’Alegria, donde podríamos
constatar su consagración, Bordanove ya encandiló a la crítica
en The Last Cabaret y Bolxevics. |