LAS COSAS Y SUS NOMBRES NOMINA RERUM Mariano Arnal |
Communis
(en neutro, commune) es la
palabra latina de la que proceden todos los términos, conceptos y
valores formados a partir de la conjunción de los dos elementos con que
se forman las ideas de común
y comunidad: el prefijo com (otras
veces tiene la forma de con o co)
que cuando no es de compañía es de intensidad; y la raíz mun,
que nos habla básicamente de murallas. En español es muy difícil
rastrear este significado original, ni siquiera en munición,
que en su sentido más genuino es todo aquello de que se necesita ir
equipado para la guerra (más cerca de su origen estaría si fuese para
un asedio). Vamos a rastrear el
diccionario latino: la primera advertencia es que existe un arcaico commoinis
(más próximo a moenia =muralla)
del que saldrá communis, que
nos hace pensar obviamente en munus
(oficio, obligación, don). Tenemos pues junto al prefijo com una raíz que nos habla de murallas o de obligaciones, o más
probablemente de ambas a la vez. Todos los significados que asigna el
diccionario a communis están
presentes luego en nuestras lenguas. La palabra dio de sí desde su
origen todo lo que podía dar, que es mucho, y así la hemos heredado.
Incluso cuando llegamos a la comuna
como nombre de lo colectivo e incluso de sus instituciones (más en
francés que en español), resulta que la tenemos prácticamente
prefigurada en el latín clásico en la sustantivación del adjetivo en
su forma neutra commune, a la
que asignan autores como Cicerón, Ovidio y Horacio el valor de
comunidad, estado, conjunto de la nación, erario. Tuvieron incluso los
romanos un término específico, communia (plural neutro de communis
= las cosas comunes) para denominar los bienes comunales; y por lo que
nos permite deducir Horacio, se llamaron también así los primeros
medios de comunicación: lugares donde se exhibían edictos, propaganda
y géneros para vender, con su respectiva publicidad. En cuanto al prefijo com
/ cum hemos de conformarnos con decir que ahí nos lo hemos
encontrado, que su origen debe ser indoeuropeo, y que nunca se ha
cuestionado su valor de compañía; su empleo como prefijo de refuerzo
(al igual que otros), no contradice este hecho. Pero le ocurre a esta
preposición, igual que a las demás, que no puede verbalizarse sin más,
por lo que incluso cuando la sustancia del significado del verbo
descansa en el prefijo com / cum, hay que añadirle algún verbo, aunque sea tan escueto
como eo, is, ere, ii, itum
(ir) que es casi desinencia pura, pero que le añade un significado del
que se supone complementario el del prefijo. Algunos lexicólogos opinan
que el verbo griego koinow
(koinóo), de koinoV
(koinós) = común, está
formado directamente de la preposición indoeuropea que dio lugar también
a cum (con). Al contraerse la palabra latina communis hasta quedar en común, ha vuelto seguramente a su intención inicial, que era la de flexionar la preposición con de manera que se formaran con ella las demás formas gramaticales. Y esa es la apariencia que actualmente tiene para nosotros la palabra, cuya etimología fácil es interpretar la terminación –un como simple desinencia adjetivadora y sustantivadora de la preposición con (en forma de prefijo, com-). Pero el origen es el que es; así que no nos queda más camino que examinar la desinencia –munis que le añadieron los romanos al cum (en forma de prefijo, com). |