PILAR
Nombre españolísimo, grande
entre los grandes, como son todos los nombres de la Virgen. Nombre
sólido, imaginativo, voluntarioso, en el que se hace posible lo
imposible. Para Virgen, la del Pilar, por delante de todas en valor y
osadía. Nada menos que en vida ("en carne mortal", que dicen
los zaragozanos), se apareció la Virgen María en Zaragoza, junto al Ebro.
Es sin ningún género de duda la Virgen de más solera no sólo en
España, sino en toda la cristiandad. Puestos a ir por delante, que sea
por mucho. Esto lleva en sí el nombre de Pilar. Y lo que se hace, muy
bien cimentado, que no se lo lleven las aguas. Mucho Pilar, que siendo
éste bien firme, la imagen estará segura. El nombre de Pilar, además de
evocar toda la historia, la tradición y la devoción que en sí encierra,
nos lleva hacia el gran templo a las orillas del Ebro, firme como un
macizo montañoso del que destacan como cumbres cúpulas y torres; y
dentro de él la capilla Angélica, en que se venera sobre un pilar
de mármol la sagrada imagen. Es mucho nombre. Imponente, macizo,
resistente. En el nombre de Pilar están conjugadas la firmeza de la roca
con la fragilidad de la Virgen que en ella se sostiene. Por eso es un
nombre tan valorado en el mundo de habla hispana.
La Virgen del Pilar
es el nombre de la imagen que se venera en el grandioso templo del Pilar.
Su antigüedad registrada nos sitúa con seguridad este templo en el
primer milenio. Pero teniendo en cuenta las oleadas de invasiones que
sufrió Zaragoza con la consiguiente desaparición de documentos, es
razonable creer que esta iglesia ya existía durante la época
visigótica. Cuenta la tradición que habiendo venido el apóstol Santiago
a predicar a España antes de que fueran enviados los siete varones
apostólicos, estando el apóstol en Zaragoza, desalentado por los pobres
resultados obtenidos de su predicación, se retiró a orar junto a las
aguas del Ebro. Y que durante la oración se le apareció la Virgen
Santísima, que le alentó a seguir predicando sin desfallecer y le dejó
una pequeña imagen en recuerdo de su visita, pidiéndole que construyese
allí un templo en su honor. Esto ocurría, según la tradición, en el
año 40, cuando la Virgen aún vivía en la tierra. Lo más importante, en
estas cuestiones de fe y tradición, no es la veracidad, que por referirse
a acontecimientos tan antiguos es imposible comprobar, sino los frutos. Y
éstos sí que han sido extraordinarios. Igual que el sepulcro del
apóstol Santiago en Compostela fue un factor poderosísimo de
vitalización de España, también el Pilar de la Virgen en Zaragoza fue
el fundamento de la fortaleza de la fe del pueblo en sí mismo. Se
convirtió en uno de los grandes centros de peregrinación de España.
En el mundo de habla hispana
y portuguesa el Pilar y Nuestra Señora del Pilar son nombres que se
extienden por toda la geografía, especialmente americana. Se usó
también "Del Pilar" como complemento de nombres de pila y pasó
a convertirse en apellido. Fue célebre el abogado, escritor y político
filipino Marcelo Hilario del Pilar y Gatmaitan, llamado siempre Pilar o
Del Pilar.
La fiesta onomástica
se celebra el 12 de octubre. Fiesta grande para un nombre grande que
merece celebrarse por todo lo alto. ¡Felicidades!