LA SEMANA SANTA DÍA A DÍA - MIÉRCOLES SANTO

En la liturgia de hoy continúa el canto de las Lamentaciones de Jeremías:

“El Señor repudió su altar, desechó su santuario, entregó en manos enemigas los muros de sus palacios; y gritaban en el templo del Señor como en los días de fiesta.

El Señor determinó arrasar las murallas de Sión: Tendió la plomada y no retiró la mano que derribaba; muros y baluartes se lamentaban al desmoronarse juntos.

Derribó por tierra las puertas, rompió los cerrojos.” 

Empieza también a anticiparse el gran tema del Jueves Santo: el amor fraterno imitando el amor de Cristo: “En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su hijo único para que vivamos por medio de él. Si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros”. Y en las laudes, un anticipo del misterio del Viernes Santo: “Nos has comprado, Señor, por tu sangre”. 

En el introito de la misa se exalta el nombre de Jesús: “In nómine Dómini omne genu flectatur. En el nombre del Señor, dóblese toda rodilla en los cielos, en la tierra y en los infiernos; porque el señor se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por eso el Señor Jesucristo está en la gloria de Dios Padre. 

Hoy le toca el turno a la versión de la Pasión según san Lucas. “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” Y diciendo esto, expiró. Después de estas palabras, se arrodillan los sacerdotes y fieles y guardan un momento de silencio. 

El miércoles, que con el viernes es el día penitencial de los tiempos de penitencia (Adviento, Cuaresma y Témporas), se intensifican las prácticas piadosas y las procesiones penitenciales. 

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