LA SEMANA SANTA DÍA A DÍA - MARTES SANTO 

Poner al Hijo en cruz, abierto el seno,

sacrificarlo porque yo no muera,

prueba es, mi Dios, de amor muy verdadera,

mostraros para mí de amor tan lleno.

Así empiezan los oficios litúrgicos de hoy, que se caracterizan por el inicio del canto de la Lamentaciones de Jeremías, en que se profetiza la desolación y el dolor de Jerusalén a causa de los pecados del pueblo. “O vos omnes qui transitis per víam, ¡Oh vosotros, todos los que pasáis por el camino, mirad y ved si hay dolor semejante a mi dolor, con el que el Señor me ha herido en el día de su ardiente cólera!”. Éste es el lamento profundo de la iglesia por la Pasión y Muerte de Cristo. Y la piedad popular añade los Dolores y las Angustias de su santa Madre. 

En la misa de hoy se lee la Pasión según san Marcos. En los monasterios y en las iglesias que cuentan con un mínimo de tres celebrantes, se canta la Pasión en una forma litúrgicamente escenificada: el celebrante principal representa a Jesús y canta los textos en que éste habla; el diácono ejerce de narrador y lleva el peso mayor; el subdiácono canta los textos que corresponden a los demás personajes y al pueblo: “Tolle, tolle, crucifige eum: Quita, quita, crucifícalo”. 

La abundancia de hermandades y cofradías, y sobre todo la fusión de muchas de éstas, ha dado lugar a la acumulación de Pasos bellísimos y con una larga historia, que han de ir saliendo estos días de menor intensidad. 

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