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Por Ferran Martínez Aira

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Disfrutando de Barcelona iluminada en el Night Tour Bus
 

Por Ferran Martínez-Aira con fotos de Lola Rojas

Si todavía no conoces la magia de la Barcelona iluminada no te lo pienses dos veces. Preséntate sobre las nueve de la noche en Plaça Catalunya con el billete del Bus Night Tour que puedes comprar en Hola Barcelona y sube al Bus Turístico que te paseará durante 90 minutos por los lugares más emblemáticos de la Ciudad Condal.

A partir de las 21.30 el Barcelona Night Tour te pasea todos los días de la semana desde Plaça Catalunya por los lugares más emblemáticos de una Ciudad Condal iluminada. A bordo te acompañará una guía en castellano para explicarte en un lenguaje ameno y coloquial la esencia de los edificios y monumentos que vamos a encontrar en el recorrido. Hay un segundo Bus Night con guía en inglés y los viernes podemos elegir el recorrido en traducción simultánea: castellano/catalán.

Después de ser testigos desde las alturas del ambiente que se respira en el primer tramo de Rambla Catalunya, dejamos la Gran Vía para enfilar Passeig de Gracia, donde el Modernismo catalán luce en todo su esplendor. A nuestra izquierda contemplamos tres obras de arte: La Casa Morera, la Casa Atmaller y para completar el trío modernista: la inconfundible Casa Batlló.

Sin apenas tiempo para procesar nuestras primeras emociones, sentados con o sin auriculares en el Bus Night Tour, a nuestra derecha aparece la imponente fachada de la Pedrera, vigilada actualmente por una de las caras de Jaume Plensa. La Pedrera está inspirada en la naturaleza de las olas del mar. Una obra de arte de la que se burlaban los barceloneses de principios de siglo porque no entendían a cuento de que se había construído aquella casa horrible para morada de familias burguesas y que ahora es santo y seña del recorrido modernista de la ciudad, donde además se celebran exposiciones, presentaciones y conciertos de jazz en su terraza.
 

Tras el embrujo de Passeig de Gracia el Bus Night Tour se adentra en el Eixample siguiendo la calle Rosellón. En su confluencia con la Diagonal nos permitirá descubrir fugazmente la Casa de las Puntas. Minutos más tarde nos paramos sin bajar del bus ante la monumental fachada del Hospital de la Santa Creu y Sant Pau. Si giramos la cabeza hacia la Avenida Gaudí notamos un cosquilleo especial que recorre nuestros cuerpos divisando a lo lejos la Estrella de María, señal inequívoca que estamos a punto de llegar a la Sagrada Familia, obra del genio Antoni Gaudí, que antes de ser atropellado mortalmente por el tranvía un 20 de junio de 1926, vaticinó que se conocería mundialmente a la Ciudad Condal por su Basílica. Así ha sucedido y que además podría estar acabada un siglo después de la desaparición del arquitecto reusense, quien a sabiendas nunca vería culminado el Templo, bromeaba entre sus colegas “mi cliente (Dios) no tiene prisa”.

Precisamente uno de los grandes alicientes de pasear en el Bus Night Tour es el privilegio de ver la Sagrada Familia desde cuatro calles diferentes, aunque sin duda la mejor ubicación para inmortalizarla fotográficamente apunten: calle Sardenya entre Provença y Mallorca.

Dejando atrás el monumento más visitado de la Ciudad Condal, todavía nos quedan en nuestro recorrido del Bus Night Tour otros referentes arquitectónicos más modernos como el Teatre Nacional de Catalunya, El Auditori o La Estació Nord donde llegaban los trenes hasta finales del siglo pasado, reconvertida ahora en una moderna estación de autobuses, cuya red se extiende a todo el país.

A pocos metros y bajando por Passeig de Sant Joan el viajero se topa con el Arc del Triomf, el Palacio de Justicia en el Passeig Lluís Companys y el Parque de la Ciutadella jalonado por los soportales del Passeig Picasso bellamente iluminados hasta descubrir a nuestra izquierda la Estació de Francia y enfrente la Plaça Palau y la Llotja de Mar a nuestra derecha. Atentos porque el Moll de la Fusta aparece nuestra izquierda. Tras una hora de viaje divisamos el monumento a Colón, uno de los más altos del planeta dedicados al descubridor del Nuevo Continente.
 

Saludado don Cristóbal, a nuestra derecha la guía nos recomienda visitar el Museo Marítimo ubicado dentro de la Drassanes, uno de los más completos del mundo por la cantidad de elementos marinos que guarda en su interior. Conviene tener la cámara preparada porque apenas a cien metros de las Drassanes contemplamos impávidos parte de las murallas de la Ciudad Condal genuínamente iluminadas. Seguimos por Avenida Paral.lel que lucha por volver a ser el “Broadway” teatral de finales de siglo y a punto de entrar en Plaça de España levantamos la cabeza: Una belleza iluminada la de Las Arenas, antigua plaza de todos, rehabilitada como centro comercial con una espléndida terraza de 360 grados, jalonada por restaurantes y un teatro permanente con capacidad para 2.500 personas.
 

Si uno de los momentazos que vivimos en el Bus Night fue casi tocar con las manos la Sagrada Familia, la guinda del pastel hubiera salir salpicados de las Fuentes de Montjuïc. Apagadas de momento por la escasez de agua. Seguro que si volvemos el año que viene la música, la luz y la magia vuelven a estar presentes para rendir pleitesía al Palacio Nacional y al Museu de Art de Catalunya. En este punto comenzamos a despedirnos de nuestro singular recorrido tras atravesar la Gran Vía, graduándonos en la Universitat Central y encontrándonos de nuevo en el corazón de la Ciudad Condal.
 

Los billetes del Bus Night Barcelona se pueden adquirir por internet en Hola Barcelona. Te descargas el voucher y lo conservas en tu móvil. Los adultos a partir de trece años pagan 22 euros, los niños de 4 a 12 años abonan 10 euros mientras que los más peques viajan gratis.
 

El Almanaque Nº 8693 Lunes 10 de Julio de 2023

 

 

 

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