LITTLE
BIG PLANET
‘Little Big Planet’ es la evolución
lógica del género de las plataformas, adaptado a las
posibilidades que brindan las nuevas tecnologías a nivel
comunicacional.
El título nos
permite jugar de un modo normal, cubriendo pantalla tras
pantalla como si de un juego tradicional de plataformas
al uso se tratase. Esos escenarios, que sirven como
tutorial de más de una hora de duración, nos mostrarán
las características básicas del título y, consiguiendo
pasarlos, iremos desbloqueando nuevos ítems que, ahora
sí, nos enseñarán toda la potencia del juego.
En el juego podemos controlar a SackBoy
(el protagonista) y recorrer una pequeña pantalla en la
que se van mostrando los nombres de los creadores del
monstruo, los chicos de Media Molecule.
Al llegar al final empieza el juego.
Aprenderemos a personalizar a nuestro
pequeño saquito. Al pulsar el botón adecuado se consigue
abrir su menú de acciones, entre las que se contempla el
cambio de vestuario (parece que las posibilidades de
personalización van a ser una brutalidad), la gestión de
nuestras pegatinas (elementos que iremos ganando y que
podemos colocar por todo el escenario, incluso para
interactuar con mecanismos) y demás gracietas que
nuestro protagonista puede ejecutar (pulsando las
flechas direccionales conseguimos que cambie expresiones
faciales, pulsando los gatillos gesticula los brazos,
etc).
Pero entremos en materia. ¿De qué
demonios va este juego? Pues de pasar pantallas
saltando.
Así de claro y
catalán, que se dice por aquí. Se trata de un
plataformas normal y corriente, y que tiene en la
posibilidad de crear escenarios interactivos, originales
y compartirlos, su mayor punto fuerte. Recolectaremos
esferas y llegaremos a un punto final en el que se
medirá el tiempo, y el número final de ítems recogidos.
Si lo hemos hecho bien, pasaremos a la siguiente
pantalla y se guardará nuestra puntuación que competirá,
vía online, con la que otros hayan conseguido.
Ya basta de dar vueltas.
Pasemos a lo que interesa, el editor
de niveles. Ya queda claro que el juego parte de una
estructura semejante a la de un plataformas tradicional,
pero no tengo tan claro si su evolución seguirá
manteniendo esas reglas.
Lo que podemos hacer en el universo
de los SackBoys, es sencilla y brutalmente increíble.
Editar la luz, el tiempo, el tono, los elementos, la
estructura que los forma, el plano de profundidad, los
retos, las construcciones, los materiales… creedme si os
digo que los tutoriales gigantescos están justificados.
Aprender a usar todos los recovecos que nos regala el
motor será una ardua tarea (amenizada brillantemente por
sus tutoriales interactivos) y el que lo consiga, se
enfrentará a todo un reto creativo.
Pero señores, la mejor parte del
título que nos ocupa, no son los gráficos (muy bien
conseguidos gracias a sus efectos de post proceso, a un
particular uso de la profundidad de campo y al brillante
diseño de los SackBoys). La mejor parte del juego es su
sistema de físicas que podría clasificarse como lo más
brillante que ha pasado en esta generación (a falta de
que lo superen, que seguro que no tardarán).
Los materiales elegidos por nosotros
se comportan de manera correcta, con una fricción
determinada y un peso adecuado a su tamaño. La madera es
madera y se rompe como la madera y el metal es metal y
pesa como el metal, con todas sus consecuencias. Todo
tiene una interacción real con nuestro protagonista y la
libertad para colocar elementos a nuestro gusto es
abrumadora.
Podremos elegir los elementos que
hayamos ganado y colocarlos. Modificando a nuestro
antojo su tamaño, su rotación, su escala, profundidad y
posición global en el escenario. Una vez colocados,
caerán (cosas de la física) hasta tocar el suelo y
permanecer en su posición final.
Una vez que hayamos conseguido crear
nuestro propio mundo y lo hayamos guardado, podemos
compartirlo. Y es aquí donde ‘Little Big Planet’ se
convierte en algo mayúsculo. Todos los componentes de
red social que se le han añadido, sistema de votaciones
de pantallas, vestidos, iconos, chat, intercambio de
ítems o juego en red, se ponen de acuerdo para prologan
la experiencia jugable hasta el infinito y más allá.
Por que pedirle al juego que busque
una partida y te añada para competir en un escenario con
otros jugadores, es algo muy divertido y demencial. Ver
a un buen número de SackBoys saltando por una pantalla
construida con toda la mala intención del mundo e
intentando conseguir el máximo número de esferas, es
algo digno de ver y de jugar. Y si además, añadimos la
posibilidad de jugar con otros SackBoys controlados por
tus amigos en la misma consola y a la vez que tú, la
diversión se dispara.
La sensación que provoca ‘Little Big
Planet’ es inmejorable. Es divertido, desquiciante y
alocado, con posibilidad casi infinita de crear
escenarios y con unas herramientas de red social que
para sí querrían muchas aplicaciones web 2.0.
Eso sí, si os consideráis unos
enamorados de las plataformas tradicionales y por ende
con unas físicas más falsas que la palabra de ‘Alan
Wake’, quizá en ‘Little Big Planet’ os sintáis un poco
extraños. Habrá que acostumbrarse, imagino que es el
futuro.
DISTRIBUYE:
SONY
Texto: Jesús Buitrago
Durio
Coordina: José Buitrago Prieto (Director Delegación
Madrid )
|