RUTAS TURÍSTICAS
Ruta de los
Tres Templos: Devoción natural
El culto, la
arquitectura más imponente y la naturaleza más sugestiva se dan
cita en el corazón de Gipuzkoa, formando una sinuosa ruta que
atraviesa el valle del Urola y que se apoya en tres templos: el
Santuario de Loiola, La Antigua y el Santuario de Arantzatzu.
Recorrer estos singulares edificios supone atravesar tierras de
pastoreo, en las que se suceden magníficos bosques de especies
arbóreas autóctonas y paisajes rocosos. En las faldas del Macizo
de Izarraitz se encuentra el Santuario de Loiola, un impresionante
conjunto monumental construido entre los siglos XVII y XVIII en
torno a la Casa Torre en la que nació el fundador de la
Compañía de Jesús: San Ignacio de Loiola. Del conjunto destaca
la Basílica, de estilo barroco y planta circular, que está
rematada por una majestuosa cúpula y una airosa linterna. Visitar
la Casa Torre de los Loiola permite conocer cómo se desarrollaba
la vida familiar del santo. En el ala de este edificio próxima al
río se encuentra el Museo y el Diaporama donde se muestran piezas
de arte sacro, y la vida y obra de San Ignacio. Desde el
santuario, la ruta prosigue por el Caserío Errekarte, asciende
poco después por hermosos parajes ante una preciosa vista del
valle y llega hasta las inmediaciones del Barrio de Oñatz. Por
las laderas de Samiño, el Collado de Pagotxeta y la Ermita de San
Cristóbal, se recala en la Ermita de La Antigua. Los primeros
datos sobre La Antigua aparecen en el siglo XIII. Piedra y roble
alcanzan una simbiosis perfecta en esta joya del románico
conocida como la Catedral de la Ermitas. Un sobrio exterior
contrasta con un espectacular interior que la convirtió en
Monumento Histórico-Nacional. Este templo se erige sobre un
mirador natural desde el que se contemplan las Sierras de Aralar y
Aizkorri y los Montes San Donato y Udalaitz. Desde este hermoso
paraje se toma un camino que conduce hasta la ermita de Santa
Bárbara, el Puerto de Descarga, la Cota de Arrola, el Monte
Gorostiaga, el Puerto de Udana, el Alto de Biozkornia y el entorno
de Duru, desde donde se desciende al Santuario de Arantzatzu.
Entre los riscos del barranco de Arantzatzu se erige el tercer y
último templo de la ruta. Se trata de un lugar casi
fantasmagórico, enclavado entre una agreste naturaleza de
singular belleza. Desde este templo de peregrinaje se puede
contemplar la Sierra de Aizkorri en toda su plenitud.
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