VII  JORNADAS  DE  TURISMO  DE  CANARIAS

GRAN CANARIA     Gran Canaria se encuentra en la zona atlántica de la Macronesia, a unos 210 km. Del puerto más cercano de la costa africana y a 1250 km de Cádiz, el puerto continental europeo más cercano. De origen volcánico, la característica más emblemática de la isla es su redondez, sólo interrumpida por un apéndice en su extremo Noroeste: la península La Isleta, telón de fondo panorámico de la capital de la isla, Las Palmas de Gran Canaria. Desde el aeropuerto de Gran Canaria nos trasladamos al municipio de Puerto Rico en la parte Oeste de la isla para embarcar en un catamarán y hacer un recorrido por el litoral de los municipios de Puerto Rico, Puerto Mogán, Veneguera, etc., en donde pudimos observar los contrastes de sus orillas y de sus acantilados y donde nos sorprendió la arquitectura y construcción de sus edificios, enclavados en la montaña junto al mar y su peculiar estilo, el forman sus viviendas, edificadas como si fueran escalones, ya que de esta forma todos sus propietarios pueden tener su terraza con vistas al mar. Después hicimos un largo paseo por los municipios de Puerto Rico y Mogán, desde donde se pueden hacer salidas deportivas de altura. En ellos se han registrado no menos de 72 record mundiales en capturas de distintos ejemplares, entre los que destaca el Marlín azul. Es posible como en casi todos los muelles de la isla, alquilar embarcaciones con tripulación o sin ella para navegar por aguas tranquilas. A partir del Puerto Mogán, la carretera se interna en la Isla y a unos 8 kilómetros, encontramos el Valle de Mogán que, a una distancia de 8 km. del puerto, disfruta de un maravilloso clima subtropical de tierras fértiles y temperaturas suaves que mantiene todo el año. Desde el hermoso casco urbano del pueblo de Mogán , se aprecian las últimas estribaciones de la cordillera central que asciende hasta las cumbres de la isla. Allí comienza a olerse el pinar: La Unesco considera el microclima de Mogán el mejor del mundo. Al terminar el día, nos sorprendieron con una cena en un lugar sorprendente e increíble, SIOUX CITY, una auténtica ciudad del oeste, con todos sus edificios y servicios al estilo del antiguo oeste, todo ello muy bien organizado y montado y que hace que el visitante se transforme en un ciudadano más de esta singular ciudad. Se encuentra en el Cañón del Águila en San Agustín, y donde se puede degustar una amplia selección de carnes en su barbacoa, para finalizar con un espectáculo muy bueno del mundo del lejano oeste. Al día siguiente, por la mañana hicimos un recorrido por Maspalomas, donde pudimos contemplar su belleza y su posición estratégica de cara al turismo. Por la tarde nos acercamos a Las Palmas para dar un paseo de esta ciudad, capital de Gran Canaria y nos paramos para ver el Museo Néstor, que forma parte del conjunto edificatorio “Pueblo Canario” junto con la reconstruida ermita de Santa Catalina. La visita al Museo Néstor Martín Fernández de la Torre (Las Palmas de Gran Canaria, 1887-1938, inaugurado en 1956, permite conocer la obra del que, sin duda, pasa por ser el creador de una plástica autóctona. El Museo cuenta con un espacio privilegiado, la sala circular rematada por una cúpula donde se encuentran los ocho plafones del Poema del Mar (1912-13; 1917-18; 1921-23) (Amanecer, Mediodía, Tarde y Noche, Bajamar, Pleamar, Mar de Borrasca y Mar en Reposo). En nuestro último día en Gran Canaria  decidimos hacer una amplia excursión por diversos municipios del interior que gozan de gran prestigio en esta isla. Nuestro primer destino fue el  de Teror, este municipio se centra en el fervor religioso de la isla hacia la Virgen del Pino, patrona de Gran Canaria. La Basílica de gran belleza fue construida en el siglo XVII. La villa estratégicamente situada en un Valle entre montañas, conecta el Norte y Centro de la isla. Destaca la impresionante arquitectura canaria de sus casas con balconadas artesanales de madera de tea labrada que flanquean las calles empedradas. Todos los domingos, Teror acoge a centenares de visitantes en su popular mercadillo, donde pueden adquirirse sus famosos chorizos y morcillas y los dulces artesanales elaborados por las monjas del Monasterio de Cister. Las fiestas patronales de la isla se celebran el 8 de septiembre, festividad de Nuestra Señora del Pino, ocasión en la que miles de romeros llegados a píe desde todos los municipios de la isla  ofrecen los mejores productos de la tierra a la Virgen, en una multitudinaria romería. En este día festivo, en Teror pueden contemplarse todas las indumentarias tradicionales del archipiélago. Dejamos Teror y  por un paisaje precioso nos adentramos en el municipio de Arucas, cabecera del Norte de Gran Canaria. Arucas es una hermosa ciudad de sabor decimonónico en su casco tradicional donde proliferan las fachadas de piedra labrada. El municipio posee yacimientos de cantería azul y cuenta con una tradición artesanal de maestros canteros,  que tiene su máximo  exponente en la iglesia parroquial de San Juan Bautista, iniciada en 1909.  Se trata de un templo de estilo neogótico catalán con altas torres y pináculos preciosamente labrados a treinta metros de altura.  El templo resume laboriosidad y la espiritualidad de los aruquenses, que reflejaron en la obra el auge económico del municipio desde el último cuarto del siglo XIX hasta la época dorada del cultivo platanero que aún se mantiene en toda la zona y que tuvimos la oportunidad de ver en este viaje. En el núcleo central de la ciudad, profusamente embellecido con flores y abundante piedra labrada, encontramos entre otros edificios históricos la Casa del Mayorazgo que alberga el Museo Municipal. Continuando nuestro camino, nos acercamos al municipio de Santa María de Guía, donde se encuentra el Cenobio de Valerón, un lugar espectacular y de gran riqueza arqueológica y que forma parte del rico patrimonio arqueológico de la isla que destaca por su buena conservación. El Cenobio de Valerón era un granero utilizado por los antiguos pobladores para guardar las cosechas de la isla. A estos silos se asocian las tradicionales y típicas “pintadas”, sellos de baro que seguramente tuvieron, entre otros usos, identificar los depósitos de cereales por la marca de su propietario.  Seguimos nuestra ruta por el Norte de Gran Canaria hasta llegar a Agaete, desde donde se divisa el Pinar de Tamadaba, en lo alto del majestuosos farallones pétreos y de acantilados de vértigo, del lado del mar sobre el Puerto de Las Nieves, donde se encuentra a poca distancia el roque denominado Dedo de Dios, Las Nieves fue uno de los lugares de entrada a la isla. Hoy existe un servicio regular de feries que comunican el Puerto de Las Nieves con Santa Cruz de Tenerife. Pero Agaete no es sólo mar. El casco es escenario en agosto de la fiesta de la Rama, ancestral rito de invocación a la lluvia. Esta fiesta consiste en un baile que se prolonga desde el amanecer hasta la tarde del día siguiente y en el que miles de danzantes de dirigen desde la montaña a la Ermita de Nuestra Señora de Las Nieves, portando ramas de árboles y llegando con ellas hasta la misma orilla del mar. La Ermita de Las Nieves guarda, durante el mes de agosto, la joya artística del tríptico flamenco del siglo XVI de la Virgen. Agaete también acoge el Huerto de las Flores, donde crecen infinidad de árboles americanos. El Valle, de clima subtropical favorece los cultivos como el cafeto, la guayaba, los mangos y los aguacates. En Agaete es tradicional degustar platos realizados con pescado fresco. Al terminar esta jornada, nos trasladamos al Restaurante 1801, donde nos deleitaron con una cena muy bien elaborada y con un servicio excelente, y donde pudimos saborear el crujiente de pollo con canela, tacos de queso fritos y filete de dorada con mojo de aguacate para finalizar con un postre exquisito, delicia canaria de helado y espuma de gofio, todo esto en un marco incomparable. Al día siguiente abandonamos Gran Canaria , la cual nos dejó una magnífica  impresión, y embarcamos en el Ferry de TRASMEDITERRANEA rumbo a la isla de  Fuerteventura nuestro próximo destino, durante nuestro viaje a bordo del Ferry, pudimos relajarnos y preparar nuestro plan de trabajo para los próximos días, ya que en el trayecto entre Gran Canaria y Fuerteventura de cerca de hora y media aproximadamente, la comodidad y servicios a bordo hace del viaje un placer, ya que al no haber movimientos bruscos en el Ferry, los mareos, las náuseas, etc., no aparecen en los pasajeros, sencillamente el traslado no nos afectó.    Portada - Gran Canaria ==>  Fuerteventura

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