Santos del día 8
de Septiembre :
Adrián, Adela, Néstor, Sergio, Gracia, Meritxell, Núria y Nuestra Señora
de Covadonga.
ADRIÁN
Procede de un nombre
gentilicio de la localidad italiana de Adria o Hadria, que
en otro tiempo fue un puerto marítimo en el Adriático, que dio
nombre a este mar y que hoy está separado de la costa unos 20 km debido
a los rellenos fluviales. Asimismo el nombre del lugar procede del
latín Ater, sombrío, negro como el carbón. La forma latina de
este nombre es Adrianus, de la que hemos derivado Adrián, Adriano
y Adrión, que pueden escribirse también con h. Tiene dos formas
femeninas: Adria y Adriana.
San Adrián (o
Adriano) nació a finales del siglo III en Constantinopla. Era hijo del
césar Probo que fue emperador 6 años (de 277 a 282). Adrián fue oficial
en el ejército romano, y como tal le correspondió tomar parte en las
persecuciones decretadas por Maximiano y Galerio. Al ver la entereza de
los cristianos ante el martirio, se convirtió al cristianismo. El
emperador Licinio decretó una nueva persecución, en la que fue apresado
Adrián y sometido a tormento para hacerle renegar de su fe . Le
arrancaron las carnes a pedazos, pero no la fe, por la que murió
finalmente decapitado. Fue hacia el 306, en Nicomedia.
La onomástica se
celebra los días 1, 4 y 5 de marzo; el 17 de mayo, el 8 de julio, el 26
de agosto, el 8 de septiembre, el 2 de diciembre y el 9 de enero.
Entre los Adrianos ilustres
hay un emperador romano (76-138), sucedió a su protector y pariente
Trajano. Fue el que mandó construir la célebre muralla o limes en
Inglaterra, que aún persiste en parte. Centralizó el Imperio y codificó
el derecho romano. Designó a Antonino como su sucesor, y su cadáver fue
depositado en un colosal mausoleo, hoy castillo de Sant’Angelo. Adriano
I papa (m 795), aliado de Carlomagno, al que el emperador confirmó la
posesión de los territorios papales, el núcleo de los futuros estados
pontificios, que constituyen la llamada donación de Carlomagno. Adriano
II (792-972), aprobó la liturgia eslava que le propusieron los santos
Cirilo y Metodio. Adriano III, santo; su pontificado duró sólo un año
(884- 885). Adriano IV, Nicolás Breaksper (1100-1159), el único papa
inglés. Adrianio V (m 1276) y Adriano VI (1459-1523), defensor de Carlos
I frente a la locura de su madre, Juana la Loca, en la sucesión de la
corona de Castilla; aunque a la postre, en la práctica, se superpusieron
sus reinados. Por la austeridad de su vida se ganó, ya papa, la enemiga
del pueblo romano, acostumbrado a la fastuosidad de los pontífices
renacentistas. En la Iglesia ortodoxa es digno de mención Adriano X, el
último de los grandes patriarcas rusos, tras haber sido metropolitano de
Kazán. Se enfrentó a las reformas de Pedro el Grande, y éste, a la
muerte del patriarca, suprimió esta dignidad eclesiástica.
Es realmente el de Adrián,
en todas sus formas, un nombre evocador de grandeza de ánimo y de buen
gobierno. Tanto el propio San Adrián, como el emperador Adriano, y los
grandes papas que llevaron este nombre, han dejado su marca indeleble en
la historia. ¡Felicidades!