SANTORAL-ONOMÁSTICA
Santos del
día 20 de Noviembre
Félix de Valois fundador de los trinitarios; Doro,
Hipólito, Nersas, Silvestre, Simplicio y Benigno obispos; Beltrán abad;
edmundo rey; Sapor, Ampelo, Cayo, Adventor, Octavio, Solutor,
Eustasio, Tespesio, Anatolio y Ciríaco mártires; Jerónimo ermitaño;
Gennadio patriarca.
GREGORIO
Del verbo
griego grhgorew (gregoréo),
que significa velar, vigilar, estar despierto, hacerse responsable de algo,
procede el adjetivo grhgoroV (grégoros), atento,
vigilante, que primero fue un sobrenombre, muy elogioso por cierto, para
convertirse luego en el nombre propio GRHGORIOS / GrhgorioV (Gregórios), que
ya desde los primeros siglos del cristianismo se extendió considerablemente,
debido sin duda a los hombres extraordinarios que llevaron este nombre.
San Gregorio
Nacianceno abre
la lista de una serie interminable de santos. Nació el 363. Fue obispo de
Constantinopla, y se distinguió por su brillante oratoria, por su capacidad
de convicción, por el orden que consiguió poner en las ideas en un tiempo de
convulsiones ideológicas, por las grandes conversiones. Tal era su fama de
orador, que muchas personas, entre ellas San Jerónimo (el autor de la
primera traducción latina de la Biblia), acudían de lugares remotos a oír
sus sermones.
Digno de
especial mención también San Gregorio de Tours, obispo (siglo VI),
que gobernó excelentemente la diócesis y dejó abundantes obras Entre ellas
los 10 libros de la historia de los Francos, San Gregorio Taumaturgo y
otros ocho santos con el mismo nombre.
Pero el que
destaca por encima de todos, por el lugar que ocupó en la Iglesia y en el
mundo, fue el que encabeza la larga lista de los Gregorios papas, San
Gregorio I El Magno (siglo VI). Hijo de una noble familia romana, optó
por la carrera política, llegando a ser pretor a los treinta años.
Desengañado de las vanidades del mundo, fundó un monasterio en Roma, en el
que él mismo ingresó como monje. Se distinguió de tal manera, que pronto fue
nombrado abad. Enviado como nuncio del Papa a Constantinopla, salió con bien
de su dificilísima misión. A la muerte del Papa, fue elegido para ocupar el
solio pontificio. En los tiempos difíciles que le tocó vivir, supo sortear
los peligros de cisma que asediaban a la Iglesia. Vivió santamente, se
distinguió por su mansedumbre y humildad, él que era realmente grande y nos
dejó una obra abundante, recogida en la patrística. Otros 15 papas adoptaron
este nombre, cada vez más lleno de fuerza y prestigio.
La fuerza
de este nombre, que arranca desde su propio significado y se acrecienta con
cada Santo y cada Papa de enorme talla que le han dado un gran esplendor, es
como para sentirse reconfortado con él. ¡Felicidades!