SANTORAL-ONOMÁSTICA
Santos del
día 15 de Noviembre
Alberto Magno obispo y doctor (patrono de las industrias
químicas y droguerías, industrias del plástico, etc.); Eugenio, Félix,
Evodio, escutario, Armentario, Aurelio, Benigno, Flaviano, Macuto y Leotadio obispos;
Leopoldo confesor; Abibo, Segundo, Fidenciano y Varico mártires;
Baruc profeta.
EUGENIO
Eugenio es
una palabra muy antigua, de origen griego (eu -geneioV, eugéneios) que
significa "bien nacido" , "noble". Se utilizó mucho como sobrenombre
elogioso, designando especialmente la nobleza de espíritu, y de ahí pasó a
convertirse en nombre propio.
Son muy
numerosos los Eugenios que haciendo honor a su nombre merecieron ser
elevados a los altares entre ellos cuatro papas. Se llamaron Eugenio también
un emperador romano, siete reyes de Escocia y varios príncipes de casas
europeas.
Figura entre los
nombres que han sido tan valorados por la sociedad, que tienen desde su
inicio, tanto la forma masculina como la femenina. Son de destacar Eugenia,
emperatriz de los franceses (Granada 1626, Madrid 1920), cuyo apoyo al
proyecto del canal de Suez fue decisivo, y varias santas con este nombre.
Es éste también
el nombre de un género de plantas de reconocida acción terapéutica y el de
dos poblaciones, una en Argentina y otra en Canadá.
Entre los
dieciocho santos que figuran en el santoral con el nombre de Eugenio,
destacan los tres primeros papas de este nombre, San Eugenio obispo
de Cartago (siglo V) y San Eugenio III, obispo de Toledo, del
tiempo de los reyes godos. Fue el rey Chindasvinto el que se empeñó en que
fuera obispo de Toledo, haciéndolo venir de Zaragoza, donde Braulio, obispo
de esta ciudad, lo había nombrado archidiácono y le había confiado la
administración de la diócesis con el fin de mantenerlo a su lado. Tal era el
prestigio que tenía Eugenio en toda España. Una de sus obras más notorias
fue la reforma del canto litúrgico.
Es el de Eugenio un
nombre lleno de fuerza, que posiblemente emana de su propio significado. Una
fuerza y una virtud que han ido incrementando cada uno de los santos y
personajes célebres que lo han llevado. Por ello los Eugenios pueden
legítimamente sentirse orgullosos de su nombre y llevarlo de manera que su
conducta no desluzca nunca la nobleza de espíritu que con él pregonan.
¡Felicidades!