SANTORAL - ONOMÁSTICA

Santos del día 30 de mayo

Fernando III el Santo rey, patrono del Cuerpo de Ingenieros Militares; Félix I papa; Gabino, Críspulo, Sico y Palatino mártires; Exuperancio, Ausonio y Anastasio obispos; Juana de Arco virgen; Venancio, Isaac, Basilio y Emilia confesores; Uberto y Gamo monjes; Urbicio abad.


FERNANDO

Es de origen germánico, nombre godo por tanto, que entró en Europa junto con toda la cultura gótica, que constituyó un injerto vital en la moribunda cultura romana. La forma germánica de este nombre era Fredenand, del que se obtuvo la derivación latina Ferdinandus, y de ahí la forma española Fernando. Los elementos góticos de que está formado el nombre son Frad, que significa "inteligencia", y Nand, que significa "atrevido", "decidido", "voluntarioso". Es, pues, un nombre que evoca dos grandes virtudes: por una parte la inteligencia, y por otra la voluntad, sin la cual la inteligencia no llega a ser efectiva. Se comprende que este nombre haya entusiasmado tanto, especialmente a los que han tenido que ejercer el poder. De ahí que varios países, especialmente España, hayan tenido bastantes Fernandos en sus dinastías. Es un nombre muy recio, agradable de llevar y de pronunciar.

San Fernando, o más propiamente Fernando III el Santo es con mucho el mejor representante de este nombre tanto en el orden de la ejemplaridad de su conducta, como en el orden político. Se podría decir de él que le persiguió la suerte, que por supuesto mereció cumplidamente; de lo contrario no le hubiese acompañado durante toda su vida. Él conquistó a los moros en 30 años lo que no consiguieron en 300 años los reyes que le precedieron. Su finísima inteligencia, unida a su espíritu emprendedor, hizo que no desperdiciase la menor oportunidad que se le presentó, y que manejase con suma maestría el momento de desintegración de los almohades. Dejó en manos de su madre doña Berenguela el gobierno de Castilla, mientras él se dedicó a acrecentar el reino a costa de los moros. Se apoderó del reino de Murcia, de parte de Extremadura y de toda Andalucía, menos el reino de Granada. La conquista de Sevilla fue un gran revulsivo tanto para los reinos cristianos, como para los musulmanes. Para darle a la reconquista el empujón decisivo, supo combinar hábilmente las gestiones diplomáticas e incluso las alianzas con reyes moros (entre ellos el de Granada), con felices acciones bélicas, aprovechando las discordias entre los reinos de taifas y sus excelentes relaciones con los reinos cristianos. Ensanchó Castilla hasta alcanzar el mar por el sur y puso los cimientos del poder naval de Castilla. Inició la construcción de las catedrales de Burgos y de León. Entre los reyes canonizados, es San Fernando uno de los que más cumplidamente merecieron el honor de los altares. Se distinguió por la suma clemencia que usó con los vencidos. Y en sus conquistas siempre procuró dar a la población las máximas facilidades para que marcharan libremente con todos sus bienes, o para quedarse en las mismas condiciones que los demás súbditos del reino, si esa era su voluntad. Murió el santo en Sevilla, en 1252. Su fiesta es el 30 de mayo, día en que celebran los Fernandos su onomástica.

Fernando el Católico fue el otro gran rey al que le sopló el viento totalmente de cara y supo aprovecharlo tomando el timón del descubrimiento de América y coronando la reconquista con la toma de Granada. Estos dos brillantes espejos de la inteligencia y de la voluntad son para los Fernandos la mayor demostración de la gracia y la fuerza del nombre que tienen la suerte de llevar. ¡Felicidades!

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