SANTORAL-ONOMÁSTICA

Santos del día 15 de mayo

Isidro Labrador patrono de los agricultores y de los ingenieros agrónomos; Torcuato, Tesifonte, Cecilio, Indalecio, Esiquio, Eufrasio, Segundo, Simplicio e Isaías de Kiev obispos; Juana de Lestonnac fundadora de la Orden de Nuestra Señora.


ISIDRO

En España tenemos dos grandes Isidros: el letrado, llamado con la forma culta del nombre, Isidoro; y el labrador para quien se reserva la forma popular del nombre: Isidro. Ambos proceden del griego IsiV (Isis) dwron (dóron), don de Isis, la diosa egipcia venerada también en la Grecia clásica. San Isidro Labrador es el georgoV (georgós), el trabajador del campo (que eso significa Jorge), pero sin armadura.

San Isidro Labrador (1070-1130) nació en Madrid cuando en los libros figuraba todavía este lugar como Majoritum (¿algo que ver con mayorazgo?), cuando la villa no era ni siquiera un pueblo grande. Vivió durante el reinado de Alfonso VI de León. Lo que le distinguió de los demás fue su santa vida, junto a su santa esposa, María Toribia, natural de Úbeda, venerada en España con el nombre de santa María de la Cabeza. El oficio de Isidro era el de jornalero agrícola, igual que la inmensa mayoría de sus convecinos, y al no tener como tal una vida de especial relieve, no nos queda de ella constancia. Lo que sí se han cuidado de transmitirnos sus hagiógrafos son los milagros del santo. Destaca entre ellos el de la salvación milagrosa de su hijo, que había caído en un pozo profundo; el paso a pie enjuto de su esposa María sobre las aguas del Jarama; con este milagro disipó Dios los celos que habían suscitado en él las habladurías de la gente, que achacaban la piedad de su esposa a inclinaciones pecaminosas. El tercer milagro más celebrado del santo y más representado por los artistas, es el que sigue: Estaba Isidro al servicio de un caballero llamado Vargas, dedicado al cultivo de sus tierras. Como no vivía en el mismo Madrid, era difícil saber a qué se dedicaba, porque al ser una villa muy pequeña todo el mundo conocía las andanzas de todos. Al ver, pues, otros labradores que Isidro estaba en el campo menos tiempo que ellos, (sin que por ello menguase su productividad, quiso comprobar su amo por sí mismo qué había de las acusaciones. Se acercó, pues, al campo en que Isidro estaba arando y vio desde lejos que a uno y otro lado de Isidro, estaban arando también dos jóvenes con sendas yuntas de bueyes. Cuando acabó de llegar ante él, los dos jóvenes habían desaparecido con sus yuntas. Al preguntarle Vargas por aquellos jóvenes que acababan de desaparecer, Isidro no entendió de qué le estaba hablando, porque él no había visto a nadie; había visto, eso sí, que la faena le cundía muchísimo. Los milagros más la caridad y la santa vida que llevaban Isidro y su esposa, dieron lugar a una gran veneración por ellos. En la parroquia de San Andrés, de Madrid, el santo fundó una cofradía dedicada a la adoración del Santísimo Sacramento. En la actualidad, los restos del santo se conservan incorruptos en una urna de plata, ofrenda del gremio de plateros madrileños, en la catedral de su advocación. Fue beatificado por Paulo V (1618) y canonizado por Gregorio XV (1622). Su culto se extendió también, a fines del siglo XVII, por ciertas regiones francesas, como la Picardía y la Bretaña, y asimismo por otras de Baviera y Austria (Tirol). La onomástica se celebra el 15 de mayo.

Nombre grande el de Isidro, en pleno auge de todo lo natural, flanqueado por el sapientísimo san Isidoro de Sevilla. ¡Felicidades!

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