SANTORAL - ONOMÁSTICA

Santos del día 28 de Julio

Catalina, Nazario, Celso, Víctor, Inocencio, Sansón, Pelegrín


MAITE

Es el hipocorístico del nombre compuesto María-Teresa. Este nombre procede con toda probabilidad del griego, del verbo threw (teréo), que significa guardar, vigilar, observar. El sustantivo thrhsiV (téresis) significa vigilancia, precaución, prudencia, observación y observancia. Una vez más, como si el nombre influyese en las personas, es sorprendente cómo las grandes Teresas de la historia se distinguen precisamente por estas cualidades. Y por si fuese poco el nombre de Teresa, va acompañado del de María, nombre grande entre los grandes. En el País Vasco se utiliza el nombre de Maite como variante de Encarnación. Su significado en vasco es "amada". Tanto el nombre de Teresa, especialmente a partir de santa Teresa de Jesús, como el de María Teresa y el de Maite son muy considerados y se llevan con satisfacción.

Las Teresas tienen la fortuna de contar con dos representantes extraordinarias en el cielo, y con una corte de grandes Teresas en la tierra, especialmente reinas y princesas, que son como para sentirse bien arropadas y para no tener dificultades a la hora de elegir modelo y referente. Y por si no fuera bastante, como broche de oro, Teresa de Calcuta, una mujer tan grande en un cuerpo tan pequeño y frágil. Suelen celebrar su onomástica las Teresas el 15 de octubre (Sta. Teresa de Jesús) o el 1 de octubre (Sta. Teresita de Jesús).

Santa Teresa de Jesús, Doctora de la Iglesia y fundadora de las carmelitas descalzas. Nació el año 1515 en una familia noble. Su madre, doña Beatriz, murió a los 34 años. Al casarse su hermana María, que hacía de madre al resto de los hermanos, Teresa fue internada en un convento de monjas, igual que la mayoría de las mozas de la nobleza, y allí se aficionó a la vida religiosa. Tenía 16 años. Se hizo carmelita y pensó en introducir en el monasterio mayor religiosidad y austeridad. Con el consejo de san Francisco de Borja y san Pedro de Alcántara, y con la oposición de los carmelitas y de toda la jerarquía eclesiástica funda su primer convento, el de san José. Quince conventos más fundó a lo largo de su vida, y luchó y viajó a pesar de su precaria salud. Con san Juan de la Cruz fundó el primer convento de carmelitas descalzos. Escribió con un estilo vivo y directo, no por recreación literaria, sino siempre pensando en el provecho de sus monjas. Las moradas, Camino de perfección, Meditaciones sobre los Cantares y El libro de las fundaciones son algunas de sus obras. Murió en 1582.

Santa Teresita del Niño Jesús(1873-1897) fue otra gran monja. Escribió La historia de un alma. Su gran sencillez la hizo admirable. Sta Teresa de Jesús Jornet (1843-1897), al morir dejó 103 asilos de ancianos en España y América. Y siguen entre las grandes Teresas, Teresa de Entenza, infanta de Aragón; Teresa Ansúrez, reina de León; dos Teresas de Portugal, ambas reinas; Teresa reina de Navarra. Y es que en el nombre de Teresa hay una fuerza incontenible. La mujer que evocamos con el nombre de Teresa es todo un paradigma de energía y de tesón. Y para completarlo, el nombre de la madre por excelencia: María. ¡Felicidades!

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