SANTOS DEL DIA
20 DE ENERO
Fructuoso de
Tarragona obispo y sus diáconos; Eulogio, Augurio y
compañeros mártires; Fabián papa, Sebastián,
neófito, Eusebio, Eutiquio y Basílides mártires;
Mauro y Desiderio obispos; Eutimio abad;
Eusebio ermitaño.
SEBASTIÁN
Un nombre de
origen singular. No existe como tal nombre en griego, pero
es evidentemente una palabra griega derivada del verbo
sebasteuw
(sebastéuo), que a su vez deriva de
sebazw
(sebátzo), que significa reverenciar, honrar. Se
utilizó en griego el término
sebasth
(sebasté) y
sebastiaV
(sebastiás) para traducir la palabra latina "augusto
-a" durante la dominación romana. De ahí sería razonable
deducir que el primer San Sebastián era hijo de una familia
de origen griego.
San Sebastián
era un soldado romano. Se desconoce su fecha de nacimiento,
pero se sabe que ingresó en el ejército el año 269 y fue
ascendiendo en tiempo de los emperadores Diocleciano y
Maximiano hasta que le confiaron el mando de la primera
cohorte y fue agregado al cuarto militar del emperador. Al
ingresar en el ejército era ya cristiano; pero tal como iba
ascendiendo tenía más libertad de movimiento, por lo que se
empleó a fondo en ayudar a los cristianos que eran
perseguidos y finalmente sufrían el martirio. Su valentía y
generosidad le granjeó importantes conversiones, pero
también la ira de Diocleciano, que lo hizo ejecutar atándolo
a un árbol y haciéndolo asaetear por los arqueros de
Mauritania. Hizo que dejasen allí su cadáver para que fuese
pasto de hienas y buitres. Pero fue por la noche a recogerlo
una piadosa viuda llamada Irene, para darle sepultura; y
resultó que todavía estaba vivo, por lo que se lo llevó a su
casa y le curó las heridas. Una vez repuesto, se presentó
Sebastián ante el emperador en la grada del templo de
Heliogábalo. Éste, irritado, le hizo apalear hasta que
expirase y mandó tirar su cuerpo a la cloaca Máxima. Santa
Lucina, una piadosa matrona romana, recuperó el cuerpo en el
Tíber y le dio sepultura en las catacumbas. Sus reliquias
fueron tenidas en gran estima. La iconografía que lo
representa es copiosísima, quizás porque era uno de los
pocos temas religiosos que permitían a los artistas
recrearse en un cuerpo desnudo. Su fiesta se celebra
el 20 de enero.
Otro San
Sebastián ilustre fue el fraile dominico que defendió a
Savonarola, de quien era consejero espiritual, y que fue
intocable mientras él vivió. Era tenido en gran estima por
las casas de Médici, de Sforza, de Este y de Gonzaga. Tuvo
unas excelentes relaciones con el papado. Hizo edificar a su
penitente Beatriz de Este, en expiación de los crímenes de
su marido, el convento de Santa María de la Rosa, en Milán,
una de las joyas del Renacimiento italiano. Fue decidido
protector de artistas como Leonardo da Vinci, Fra Giocondo
de Verona y Bramante, que por sus consejos y a sus expensas
levantó el maravilloso convento de Santa María de las
Gracias, otra joya del Renacimiento. Fue un pacificador.
Había nacido en 1414 y murió el 1496. Su cuerpo se conserva
incorrupto en Génova.
Don Sebastián,
decimosexto rey de Portugal, nacido en 1554 y muerto a los
24 años en la batalla de Alcazarquivir ocupa un lugar
importante en la galería de los Sebastianes ilustres. Y por
si le faltase algo a este nombre, ahí está la bellísima
ciudad de San Sebastián. ¡Felicidades! |