LÉXICOMETAMORFOSIS Partimos del griego morjh (morfé), que al igual que su equivalente latino forma, significa forma, figura, aspecto exterior, apariencia; y como en latín, hermosura, gracia, calidad; morjwsiV (mórfosis) es igualmente la forma, y también la belleza. Con el prefijo meta (metá) = más allá, lo convertimos en trans-formatio = trans-forma-ción, es decir en acción de cambiar de forma. Fueron los propios griegos los creadores de esta palabra: metamorjwsiV (metamórfosis) transformación, metamorfosis. Forjaron también el verbo metamorjow (metamorfóo)= transformar, metamorfosear; eiV ti (eis ti), en algo. En pasiva significa metamorfosearse, transfigurarse. En el pasaje de la Transfiguración de Jesús (Mt. 17,2) se usa este verbo: kai metemorjwqh emprosqen autwn(kái metemórfoze émproszen autón) = y se transfiguró (se metamorfoseó) ante ellos. Se define la metamorfosis como la transformación profunda de una persona, un animal o una cosa en otra. Respecto a las personas tiene valor metafórico. En botánica, Goethe se cuidó de explicar con todo el lirismo que cabe, cómo en las plantas los tres elementos básicos: raíz, tallo y hojas son capaces de adquirir las más diversas formas para crear los demás órganos: las flores con su gran complejidad y variedad, los frutos, de todas formas, texturas, colores y sabores; los recubrimientos adaptados a las necesidades de cada planta: desde los aterciopelados a los amortiguadores (corcho), pasando por los urticantes y los de pinchos agudísimos; la adaptación a los climas más secos, desarrollando una gran capacidad de aprovechamiento y almacenamiento del agua; y así una gama infinita de caracteres que se desarrollan en contenares de miles de especies. Y todo mediante procesos de metamorfosis de los tres elementos básicos. En zoología se usa en especial el término metamorfosis para referirse a los cambios que experimentan muchas especies a lo largo de su vida: del estado embrionario pasan al larvario, totalmente distinto del adulto, tanto en la anatomía como en la forma de vida. En los insectos, las larvas se llaman orugas (recordemos los gusanos de seda, los gusanos de la fruta, progenie de bellas mariposas); en los anfibios son los renacuajos (ahí están las ranas).Toda metamorfosis es irreversible y está caracterizada por transformaciones tanto anatómicas como fisiológicas muy profundas. Pero aún hay más: el concepto de metamorfosis se ha aplicado profusamente al hombre: todas las culturas han considerado la capacidad de transformarse el hombre en otros animales. La que se ha prodigado más en nuestra cultura es la metamorfosis en lobo, documentada desde la misma mitología griega: Circe transformaba a los hombres en lobos mediante ciertos brebajes; Zeus Liceo transformó a Licaón en lobo por haberle sacrificado en el altar a un hijo suyo. Otras versiones cuentan que la carne del hijo sacrificado fue luego comida, y los que comieron de ella fueron transformados en lobos, que se alimentaban desde su metamorfosis con carne humana, y que volvían a recuperar su forma prístina si renunciaban durante un determinado número de años a comer carne humana. En la misma línea mítico-legendaria están el Minotauro, los vampiros, etc. Por fin hay que citar las metamorfosis mitológicas de Ovidio. Mariano Arnal
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