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LÉXICO

CRIADOR

Desde el punto de vista etimológico tiene poco misterio esta palabra. Procede del latín creo, creare, creatum, y en su entorno tiene creator, creatio, creatura. Y la forma incoativa cresco, créscere, cretum. Los significados más bien se han ido restringiendo con el tiempo, además de bifurcarse en la forma culta "crear" y la forma vulgar "criar", que han convivido prácticamente desde siempre, aunque finalmente la forma culta quedó para designar a Dios y a la Creación, mientras la vulgar quedó para los criadores y su actividad de cría. Dios quedó como creador y el hombre como criador, coincidiendo de nuevo la obra de uno y otro en el nombre de criatura (la forma culta "creatura cayó en desuso).

El verbo creare en latín tiene un amplio abanico de significados: criar, producir, engendrar, hacer nacer y a partir de aquí extiende su significado por analogía a todo aquello que se crea, desde cargos y dignidades, hasta obras. Su incoativo crescere significa engendarse, nacer, crecer, levantarse, hincharse, extenderse. Es de notar el cambio de sujeto entre crear y crecer. Quien crea es el creador, y quien crece es la criatura. Eso es debido probablemente a la naturaleza intransitiva (es decir que admite sujeto, pero no objeto) común a todos los verbos incoativos, por lo que es probable que el significado original de crecer sea bastante análogo al de "criarse". Recordemos, sólo porque quede consignada, la forma reflexiva crecerse. Indico también, sólo por dejar constancia, que algunos lexicógrafos consideran que hay alguna relación entre cresco y keraw (keráo), que tiene que ver con mezclas y experimentos por una parte, y con el creciente por otra, todo a través de keraV (kéras), que es el cuerno, símbolo de poder por ser el arma y la corona del toro, y de abundancia por convertirse en recipiente. Ambos significados son lo bastante sugestivos como para relacionarlos tanto con crear como con criar.

Da que pensar la afición del hombre tanto a crear como a criar. Si algo distingue al hombre, es su naturaleza de creador-criador. Tanto el agricultor como el pastor, como el granjero, como el que explota cualquier otra cosa, hacen de criadores si se dedican a cosas que crecen (animales y plantas) y de creadores si son otras las obras de sus manos o de su mente. Y por supuesto, tanto hoy como en los albores de los tiempos, la principal crianza del hombre, es el propio hombre, escindido en criador y criado, en creador y criatura. Nuestra evolución está marcada por una racionalización cada vez mayor de los objetivos y de los métodos del criador. Al principio de todo, cuando se inventó eso de criar hombres, pues como quien cría cerdos: para carne (dicen los entendidos que la razón de ser de la prohibición de comer cerdo es que su sabor recuerda muchísimo al de la carne humana). Menos mal que nos salvaron los animales de ese penoso destino. Cada animal se salvó de ser explotado como carne y aumentó por tanto su esperanza de vida, en razón de su capacidad de obedecer órdenes. Los toros, castrados, aún fueron capaces de tirar del carro y del arado. Los cerdos, las vacas, las cabras... ni castrados ni sin castrar. Los caballos llegaron muy lejos; pero mucho más lejos el hombre.

Mariano Arnal

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