SANTORAL-ONOMÁSTICA

Santos del día 10 de mayo

Juan de Ávila presbítero; Aureliano y Agatón obispos; Afrodisio, Gordiano, Epímaco, Palmacio, Simplicio, Félix, Blanda, Silvio, Filadelfio, Cirino, Cuarto, Quinto y Dioscórides mártires; Concesa y Calepodio confesores; Job patriarca.


FÉLIX

En realidad es un nombre latino. Su traducción es "Feliz". Se viene llevando este nombre desde tiempo de los romanos. Ha mantenido su popularidad a lo largo de los siglos. Cuatro papas llevaron este nombre y tantos como setenta santos.

San Félix I, papa es el más antiguo de los santos de este nombre. Se conoce la fecha de su muerte: el año 274. Pero se ignora la de su nacimiento. Su pontificado duró 15 años. Fue el sucesor del papa san Dionisio, el año en que éste sufrió martirio: el 269. Le tocó luchar en dos frentes: el de las persecuciones por parte de los romanos, y el de las herejías por parte de los cristianos. Tuvo que defender la fe en la santísima Trinidad (un solo Dios en tres Personas) y la Encarnación divina contra Pablo de Samosata. El concilio de Éfeso (año 431) lo cita en sus actas como mártir, aunque se desconocen las circunstancias de su muerte. Cabe la posibilidad de que tratándose de una ciudad de lengua griega, se diese a "mártir" el sentido original de "testigo", "el que da testimonio de su fe, el que no la oculta por temor a las persecuciones y los castigos". Nos informa el Liber Pontificalis de que el papa Félix mandó construir una basílica en la Vía Aurelia. Un calendario romano de las fiestas del siglo IV señala el 30 de mayo como fecha de la conmemoración de su muerte. Fue sepultado en el cementerio de san Calixto, en la vía Apia.

Los Félix tienen 70 opciones para la celebración de su onomástica, pero las más tradicionales son: el 14 de enero (S. Félix de Nola); el 18 de mayo (S. Félix de Cantalicio); el 29 de mayo (S. Félix ermitaño español del siglo VIII nacido en Zaragoza, que sufrió martirio junto con S. Voto); el 30 de mayo (s. Félix I papa); el 5 de junio (S. Félix de Frizlar, monje alemán); el 29 de julio (S. Félix II papa y mártir); el 1 de agosto (S. Félix de Lyon, al que mandó S. Ireneo a España a predicar a principios del siglo III junto con los diáconos Fortunato y Arquileo, que construyeron un templo en Játiva y sufrieron martirio en Valencia); el 22 de septiembre (S. Félix IV papa); el 6 de noviembre (S. Félix mártir africano y S. Félix monje italiano del siglo VI); el 20 de noviembre (S. Félix de Valois, fundador junto con S. Juan de Mata, de la orden de la Santísima Trinidad para la redención de cautivos); el 26 de noviembre (S. Félix de Ravena, obispo, gran predicador).

El nombre de Félix se ha mantenido siempre en lo alto del candelero. Cuando la fiebre de los libros de caballerías, de los que devoraba Don Quijote para tomar ejemplo, se editó el libro titulado "Grande historia del muy animoso y esforzado príncipe Félix Marte de Hircania, del que se hicieron tres ediciones. En la edición de Sevilla (1549) se le llama el valerosísimo caballero Félix Magno, hijo del rey Falangris de la gran Bretaña y de la reina Clarinea.

Los Félix tienen motivos para sentirse felices por el nombre que llevan, que induce al optimismo, y por el gran número de biografías ejemplares, tanto de santos como de otros hombres ilustres, que les ofrecen una amplia gama de magníficos espejos en que mirarse. ¡Felicidades!

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