Santos del día
25 de febrero
Victorino, Victor, Niceforo, Claudio,
Diodoro, Serapión, Papías, Donato, Justo, Ireneo y Daniel
martires; Tarasio obispo; Cesáreo Avertano,
Romeo, Valerio y Bonelo del Cierzo confesores;
Valberga, abadesa.
CESÁREO
Derivado de
Caesar, sobrenombre de la gens Julia. Caesar
significa "el que hiende", "el que derriba", "el que
abate". Procede del verbo caedo / caedere, que
significa cortar, hender, abatir. Su otra sustantivación es
Caesor / Caesoris, = talador, cortador de árboles.
Caesareus es un adjetivo derivado del nombre propio
Caesar y significa "propio de César". Este último fue el
sobrenombre no sólo de los emperadores de la gens Julia,
sino de todos los emperadores de Roma a partir de entonces,
con lo que se convirtió en nombre común, como sinónimo de
emperador.
San Cesáreo
de
Nacianzo, hermano menor del gran San Gregorio Nacianzeno y
de Santa Gorgonia. Nació en un caserío cerca de Nacianzo (al
SO. De Capadocia) hacia el año 330. Fue brillantísimo en sus
estudios de ciencias matemáticas y medicina. Fue tal la fama
que le dio su saber, que todos los poderosos de la capital,
Constantinopla, querían tenerle cerca y le ofrecían grandes
cargos para atraérselo. Fue médico de los emperadores
Constancio y Juliano el Apóstata que, aunque alejó de
la corte a todos los cristianos, nunca quiso prescindir de
Cesáreo. Habiendo abandonado la corte por consejo de su
hermano y de San Basilio, volvió tras la muerte de Juliano.
Siguió ocupando altos cargos con Joviano y con Valente,
hasta el terremoto del 368, que le afectó en gran manera, lo
que le decidió a retirarse del mundo. Nombró herederos de
sus bienes a los pobres. La iglesia griega celebra su fiesta
el 9 de marzo; la romana, el 25 de febrero.
San Cesáreo
obispo de Arles es uno de esos santos de enorme dimensión
humana. Con su sola presencia convencía. Tan grande como fue
el entusiasmo que sintieron los contemporáneos de San
Cesáreo de Nacianzo por su brillante inteligencia, fue el
que sintieron los conciudadanos del obispo de Arles por su
extraordinaria bondad. Nació el 470 en Chalóns-sur-Saone
(Francia) en una familia acomodada y profundamente
cristiana. Ya de niño tenía una inclinación natural a la
caridad con los desvalidos. De muy joven ingresó en el
monasterio benedictino de Lerins. Sus superiores le mandaron
a Arles, donde el obispo Eonio lo llamó a su lado para que
le ayudase en el gobierno de la diócesis. Era tal su fama de
persona bondadosa, que a la muerte del prelado se empeñaron,
tanto el clero como el pueblo, en que fuese Cesáreo su nuevo
obispo. Aceptada esta misión, no tuvo miedo en enfrentarse a
los abusos del clero, por lo que se atrajo la malevolencia
de los más contumaces. Fue acusado de traición primero ante
Alarico y luego ante Teodorico. Pero al comparecer a
presencia de éstos, todas las sospechas se desvanecieron.
Introdujo en la iglesia el canto de los fieles y una mayor
frecuencia de sermones y consejos en la liturgia. Pero fue
su caridad y su bondad lo que más cautivó a cuantos le
conocieron. Murió el 542. Su fiesta se celebra el 27 de
agosto.
Otras fechas
de celebración de esta onomástica son el 20 de abril, el 1 y
3 de noviembre y el 28 de diciembre. La conjunción de
inteligencia y bondad en los dos principales santos que
llevaron este gran nombre, han contribuido a hacerlo todavía
más grande. ¡Felicidades! |