SANTOS DEL DIA
26 DE ENERO
Timoteo y Tito
obispos; Teógenes, Marco, Teofrido, Auxilio y
Atanasio obispos; Simeón anacoreta; Paula
viuda; Ansurio (Isauro) y Vimarasio obispos;
Gabriel de Jerusalén, Amón y Notburga confesores.
PAULA
Paula viene
del latín paulus, pequeño, que ha dado origen al conocido
nombre de Pablo, con sus variantes Paúl, Pol, Paulino (como
gentilicio de Paulinus, de la familia de Pablo) y los
nombres femeninos de Paula y Paulina.
Santa Paula,
fue una dama romana (347-404) que, al enviudar de Toxotius,
a los veintidós años, siguió, junto con su hijo Eustoquio, a
san Jerónimo, cuando éste pasó a Palestina. Una vez allí
fundó numerosos monasterios en Belén y fue el propio San
Jerónimo quien nos ha dejado escrita su vida.
En la
iconografía de la santa, los atributos que la representan, y
que han sido tomados de su maestro San Jerónimo, son la
Vulgata (traducción de la Biblia al latín) y un crucifijo.
Ha sido representada por varios ilustres pintores, entre
ellos: Dosso Dossi (colección particular), Claudio de Lorena
(Prado), Zurbarán (colección particular) y Valdés Leal
(Museo de Le Mans).
Santa Paulina
fue una mártir
romana del siglo II, martirizada junto con otras cinco
mujeres cristianas de Roma, cuyos nombres nos han llegado,
al ser enterradas todas ellas en las catacumbas de la Vía
Salaria: Donata, Rústica, Nominanda, Serotina e Hilaria.
Entre las
Paulinas, destaca Pompea Paulina, esposa del filósofo
Séneca, que acompañó a su marido en el suicidio al que le
había condenado Nerón (de quien había sido preceptor).
Paulina no quiso seguir viviendo sin él y se cortó también
las venas. Pero el tirano, deseoso de prolongar su
sufrimiento, ordenó que le detuvieran la hemorragia y le
curaran las heridas. Así se hizo y sobrevivió.
Entre los
Paulinos podemos citar a San Paulino de Tréveris, obispo de
esa ciudad (m. 358), sucesor de san Maximino; a San
Paulino de Nola (353-431), que con la intención de
apartarse del mundo se retiró en Barcelona, donde nadie le
conocía, pero era tal la fama de santidad que le seguía a
todas partes, que tuvo que refugiarse en Nola, donde los
feligreses, a la muerte del obispo, le obligaron a aceptar
esa dignidad y hacerse cargo de aquella diócesis; a san
Paulino de York, monje romano (580-644) enviado a
evangelizar el reino de Kent, en Inglaterra y que fue obispo
de York;a san Paulino de Aquilea (730-802), amigo y
colaborador de Alcuino, que participó en varios concilios y
evangelizó Estiria y Carintia.
Existen hasta
67 santos, seis papas, un zar de Rusia, un rey de Grecia e
infinidad de celebridades que llevan o han llevado algunas
de las variaciones de Pablo, Paulo, Paula, Paulino, Paulina.
Todas las variantes de este nombre, que sigue aún en el
candelero, fueron revitalizadas por la Reforma, entraron en
el Romanticismo y de ahí se extendieron por todo el mundo.
Es, realmente, un bello nombre. ¡Felicidades! |