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- LÉXICO - ETIMOLOGIAS - ORIGEN DE LAS PALABRAS
EL ALMANAQUE
&
LA CASA
DEL LIBRO

EL
ALMANAQUE
dedica sus afanes a poner a tu alcance UNA PALABRA CADA DÍA
MALARIA
Del italiano mal, malo, y
aria, aire, = mal aire. Es una palabra construida
sobre la creencia de que el aire puede determinar
la salud o la enfermedad. También en nuestra lengua
existen expresiones análogas: Ferir el mal viento en
uno es una expresión arcaica para decir que han caído
sobre alguien desgracias y enfermedades; para decir que le
ha dado a uno un ataque de parálisis, se usa popularmente
la expresión "le ha dado un aire", llamado también
aire perlático o perlesía. "Estar de buen
o mal aire" es estar de buen o mal humor. "Tomar
aires" es estar en un lugar distinto de aquel en que
uno vive, para recobrar la salud. Lo mismo se expresa con
la frase "Mudar aires o de aires".
La malaria, el "mal aire" por
antonomasia es la fiebre intermitente y remitente
producida por los efluvios (aires) palúdicos. Se llama así
también al aire, es decir a las emanaciones atmosféricas
que se consideraron causa de esa fiebre. Al desconocer la
causa de esas fiebres, trabajaron otros sobre la hipótesis
de que no era ésta el aire, sino el suelo; por lo que se
las llamó también fiebres telúricas (en latín
tellus telluris es la tierra). De todos modos se vio
claro que estaban relacionadas con los pantanos, por darse
éstas únicamente en tierras pantanosas y aguas estancadas,
por lo que finalmente quedó como nombre más común de esta
enfermedad, el de fiebres palúdicas (pantano en
latín es palus, paludis; pantanoso, palustris,
palustre).
Se vio la relación de las fiebres con
los pantanos, pero no con todos, ni siquiera estaba claro
que todas las razas se vieran igualmente afectadas (la
raza negra era la más resistente; la blanca, la menos),
por lo que se continuó buscando la causa y el nombre de la
enfermedad. Al final se descubrió que las aguas estancadas
eran el hábitat de un mosquito, el Anopheles, que
es transmisor del hematozoario de Laveran. Hematozoario es
el "animalillo" ( zoarion
/ zoárion)
de la sangre (aimatoV
háimatos). Ese era finalmente
el responsable de la malaria o de las fiebres
palúdicas o telúricas: un animalillo que vive en la
sangre, cuyo transmisor es un mosquito. La forma de
transmisión es mediante la picadura del mosquito, que
habiendo chupado los gérmenes patógenos, los inocula con
su saliva. Otra forma más acorde con el nombre de mal-aria
es la ingestión de huevos y larvas de mosquitos a través
del aire o transportados por las manos al tocar cosas
infectadas, que pasan a la sangre a través del sistema
digestivo.
Allí donde se produce la malaria, el
saneamiento de la zona mediante la desecación de las
lagunas infestadas, o haciendo correr por ellas un curso
suficiente de agua viva, acaba con los mosquitos
anopheles y por tanto con la enfermedad. La fiebre
intermitente es la forma clásica de la infección, y según
su frecuencia recibe distintos nombres. En los países
templados se distinguen tres tipos principales de estas
fiebres: las simples, que comprenden cinco
frecuencias: la fiebre cotidiana, que se produce
cada día; la terciana, que se produce cada tercer
día; la cuartana, cada cuarto día; la quintana,
sextana y septana cada quinto, sexto y séptimo
día. Luego están las dobles, en que las fiebres se
producen dos veces cada día, cada tres, etc. siempre a la
misma hora; y las redobladas en que los días
pares o impares las fiebres tercianas son iguales,
mientras que en la cuartana queda un solo día sin
fiebre.
Mariano Arnal
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