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- LÉXICO - ETIMOLOGIAS - ORIGEN DE LAS PALABRAS
EL ALMANAQUE
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EL
ALMANAQUE
dedica sus afanes a poner a tu alcance UNA PALABRA CADA DÍA
GLOBALIZACIÓN
Orbis terrarum
llamaron los romanos al mundo entero, es decir al disco
que creían que era la tierra (no globo; aunque también
usaron excepcionalmente la expresión globus terrae).
Orbis es la circunferencia e incluso el círculo:
in orbem pugnare era combatir en círculo. Comparemos
con la “órbita” que hemos heredado de ellos. En latín la
misma palabra órbita es el surco que deja la rueda
(que recibía también el nombre de orbis), la
rodera, la huella; y de ahí el curso, la órbita de los
astros. Con este último significado nos hemos quedado. El
globus en cambio es tridimensional: es el globo, la
esfera, la bola, la pelota y todo lo que guarde alguna
analogía como amontonamiento, pelotón, masa, multitud,
apelotonamiento tanto de personas y animales como de
cosas. Globus sánguinis es el cuajarón de sangre; y
hemos llamado glóbulo (dim. de globo) a la masa más
pequeña de sangre que podemos conseguir.
Existe desde hace
siglos en nuestro diccionario el término englobar,
que significa juntar cosas que no tienen que ver entre sí,
para formar con ellas una unión lógica, una nueva unidad;
algo así como uni-vértere, convertir en uno, hacer
un universo de muchas cosas distintas. De hecho, la
necesidad de simplificar y de sistematizar nos empuja a
englobar las cosas, a envolverlas en un mismo globo.
La misma idea subyace en el verbo globalizar, pero
con el sentido sistemático e insistente que le da la
desinencia –izar. Es la tendencia física de los
cuerpos menores a orbitar en torno a los mayores y a
dejarse absorber por ellos; tendencia que se repite en los
demás órdenes de la realidad. Los romanos no definieron
bien este concepto. Se pararon en una fase más primitiva:
en el verbo globo, globare, que usaron con el
significado básico de ponerse redondo, y que ampliaron
luego a apelotonarse; agruparse, reunirse. Tal como se
complica la palabra, se complica el concepto. Al añadirle
el prefijo –en, expresamos la idea de encerrar en
un globo, en una totalidad. Y con el sufijo –izar
le añadimos al mismo concepto la idea de sistematización,
de inexorabilidad.
Los términos de
ampliación, concentración, unificación, en el orden
sistemático y lógico, tienen valor positivo. Por eso es
extraño que un movimiento de resistencia al sistema haya
elegido como símbolo de lo negativo del mismo, justo el
concepto de globalización. Y es tanto más extraña
esta elección, cuanto estos mismos enemigos del sistema lo
son a la vez de la familia, por poner sólo un ejemplo; con
lo que hacen absolutamente imprescindible la
globalización, si quieren cobrar las pensiones de paro, de
enfermedad, de vejez. Es que ellos mismos cuentan con la
globalización del trabajo en su propio beneficio; no sólo
el de las pensiones ya citado, sino también en el de los
precios. Son precisamente estos antisistema los que
pretenden vivir lo más económicamente posible; y eso sólo
pueden hacerlo gracias a la globalización del mercado, que
les permite comprar cada producto del país que más barato
lo produce. Por eso cuesta tanto entender qué alcance
tiene ese movimiento; porque los antiglobalización
no están dispuestos a renunciar de ningún modo a los
beneficios que les ha reportado hasta ahora la
globalización.
Mariano Arnal
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