Es una
palabra catalana que pasa al español a través de Aragón.
Denomina a la ardilla. ¿Por qué se aplica el nombre
de este simpático roedor primero a los trabajadores que
suplían a los huelguistas, y luego a los que se plegaban a
las exigencias del patrón sin luchar por mejorar su
condición laboral? Nadie está en condiciones de
explicarlo. Es apócrifa la leyenda que cuenta que esta
denominación es el gentilicio de los habitantes del pueblo
del mismo nombre, Esquirol, que con ocasión de la huelga
de 1852 en el pueblo cercano de Manlleu, sustituyeron a
los huelguistas. Cuentan que los obreros de Manlleu les
gritaron en tono increpatorio "esquiroles, esquiroles",
y que a partir de ahí se extendió esta denominación con el
nuevo significado, primero por toda Cataluña y luego por
España. Este tipo de etimología es un recurso tópico que
suele inventarse a posteriori, por lo cual resulta de
entrada poco fiable. Se encuentra documentada por primera
vez en la edición de El Socialista de 19 de abril
de 1915. Pero venía usándose ya con el significado de
rompehuelgas desde por lo menos medio siglo antes.
Si el
valor gentilicio no explica la etimología de esquirol,
hay que recurrir a la aplicación directa de la referencia
al animal. Abona esta hipótesis el hecho de que en otras
lenguas se aplican también a estos trabajadores nombres de
animales: en Inglaterra se les llama ratas (rat), y
en francés zorros (renard). ¿Cuál de los
distintivos de la ardilla determinaron que se diese
este nombre a los trabajadores rompehuelgas? Por empezar
deberíamos despojarnos de nuestra amable formación
ecologista, que nos ha hecho olvidar los perjuicios que
las alimañas (animalias) ocasionan al hombre y a
sus intereses, para entender por qué pudieron elegir este
nombre.
Las
ardillas son muy voraces y acaparadoras. Hacen
notables destrozos en los árboles comiéndose las semillas
y los retoños. También atacan los nidos de los pájaros
sorbiendo el contenido de los huevos o comiéndose los
polluelos si ya han nacido. Y tienen una notable tendencia
al almacenamiento de reservas alimentarias en los huecos
de los árboles o en las grietas de las rocas. En lo
positivo podríamos decir que son sumamente activas, que
son incansables. La calificación de esquiroles para
los que ocupan el puesto de los que paran, podría ser
precisamente la razón de esa denominación. Haría
referencia a la incapacidad de estarse parados ni siquiera
cuando es absolutamente necesario parar. En lo negativo,
podríamos mirar hacia su capacidad destructora.
Pero lo
más llamativo es que un animal que a primera vista parece
simpático (especialmente a la gente de ciudad, que es
donde predomina la industria y sus conflictos); que
destaca por su incansable laboriosidad (si es buena la
hipótesis de que esa virtud es la que ha determinado que
se llame esquiroles a los que trabajan en días de
huelga); es llamativo, digo, que esas cualidades se
conviertan por los sindicatos en un insulto. Es que es muy
sindicalista eso de denigrar el trabajo como un vicio del
trabajador, igual que entre los funcionarios es uno de los
insultos más despectivos llamarle a uno "voluntarista". Es
que a un sindicalista de verdad no le cuadra que los
trabajadores trabajen.