Logo

DIARI0 MULTIMEDIA DE INFORMACIÓN - DESARROLLO PERSONAL - OCIO - CULTURA - TURISMO 

LEA COMPLETO EL ALMANAQUE DE HOY - EFEMÉRIDES

Recopilación de ediciones de EL ALMANAQUE

Busca en la hemeroteca del Almanaque. Miles de artículos

Google  

 INDICE - LÉXICO - ETIMOLOGIAS - ORIGEN DE LAS PALABRAS

EL ALMANAQUE & LA CASA DEL LIBRO

EL ALMANAQUE dedica sus afanes a poner a tu alcance UNA PALABRA CADA DÍA

ALIENTO

Todos los lexicólogos están de acuerdo en que aliento no puede proceder más que del latín hálitus; pero nadie es capaz de explicar cómo se ha producido el salto del hálito al aliento. Esa hipótesis tiene la fuerza de lo inevitable: no hay ninguna otra palabra de la que pudiera derivarse, ni por la forma ni por el significado. Hemos de referirnos por tanto inevitablemente al grupo léxico halo, hálitus.

La primera pregunta que procede plantearse, es qué necesidad tenían tanto el latín como las lenguas romances de una palabra más, teniendo ya spíritus (de él deriva no sólo espíritu, sino también respirar, inspirar, expirar), ánimus y ánima (procedentes del anhmoV (ánemos) = viento griego), referidos los tres en último término a la respiración. Creo que la respuesta está precisamente en el hecho de que esos tres términos fueron sublimados por encima de la función fisiológica a la que en un principio se referían, para pasar a denominar primero la totalidad del fenómeno respiratorio (más allá de cada acto concreto de respiración) y finalmente la dimensión anímica y espiritual de que se entendió dotado el hombre. La respiración se quedaba sin nombre.

Necesitábamos, pues, el aliento, el hálito (hálitus), que en latín es siempre la respiración, el soplo, todo aquello que se exhala, como los vapores, los olores, las emanaciones. Sólo el poeta latino Prudencio (zaragozano) asignó a hálitus el significado de alma o espíritu. En español hemos ampliado el campo significativo de aliento hasta hacerlo sinónimo de ánimo. Al desaliento, su negativo, no le queda relación alguna con la respiración. También el halo es de la misma familia léxica. El verbo en el que se origina el lexema es halo, halare, halavi, halatum. Si primer significado es exhalar olor, oler (en el mismo sentido, porque percibir el olor es, también en su origen, sentire). Halantes flóribus horti son los jardines (huertos) perfumados por las flores; néctar halare, es exhalar perfume de néctar. De ahí se pasó a significar la exhalación del aliento en la respiración.

Nuestra lengua ha desarrollado notablemente esta palabra. Además de darle los significados metafóricos de vigor del ánimo, esfuerzo y valor, ha forjado con ella expresiones como "exhalar el último aliento" para referirse a la muerte; "quedarse sin aliento" para expresar el cansancio o incluso la sorpresa más profunda; "cobrar alientos" con el significado de descansar; "dar alientos" para animar o consolar; "de un aliento" cuando se hace algo todo seguido, sin darse tiempo ni a respirar; "de mucho aliento" para referirse a una empresa de altos vuelos; "no poder echar el aliento", estar rendido y sin tiempo de descansar. En equitación se dice que el caballo "está en aliento" cuando ya es capaz de soportar largas carreras a galope tendido.

Queda en pie el misterio de cómo se pudo dar el salto de halare (exhalar, inhalar) hasta aliento. Pudo ser que por metátesis de anhelare se pasase al sustantivo anhélitum, y de ahí a anhelar. Por analogía a alimento, etc. se formaría el sustantivo "anhelamiento", reducido luego a aliento. Podría ser, pero no hay nada documentado.

Mariano Arnal

 


LOS LIBROS MÁS VENDIDOS - ESPECIALES - MONOGRÁFICOS - Recomendados 1 - 2 - Libros en Amazon.com ( Latinoamérica )