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- LÉXICO - ETIMOLOGIAS - ORIGEN DE LAS PALABRAS
EL ALMANAQUE
&
LA CASA
DEL LIBRO

EL
ALMANAQUE
dedica sus afanes a poner a tu alcance UNA PALABRA CADA DÍA
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AFICIÓN
El mundo de las aficiones y el de los
afectos se mueven a la par. Como que son dos formas
distintas de una misma palabra. Frente a lo que se hace por
deber, por obligación, por sentido de responsabilidad (cuya
máxima retribución espiritual es la satisfacción del deber
cumplido), está lo que se hace por deseo, por impulso
propio. Las satisfacciones que se obtienen de esta otra
línea de actividad, son inagotables. Como que se trata de
estar direccionado hacia algo ya sea por impulso natural, ya
sea por obra de la formación y la cultura.
De facio, fácere, feci, factum, que
significa hacer (la h es transformación de la f),
se forman los compuestos de ad + facio, sub + facio, con +
facio, in + facio, per + facio, etc. que por influencia del
prefijo debilitan su primera vocal, de donde resultan
adficio (afficio), subficio (sufficio), conficio, inficio,
perficio, etc. Tenemos por tanto el verbo afficio, affícere,
affeci, affectum. Observemos que no usamos la grafía y la
dicción cc ("aficción") igual que decimos confección,
perfección, satisfacción, que así es como se transforma el
grupo ct, en cc. Es el resultado de la
vulgarización del cultismo "aficción" obtenido al
sustantivar el supino, que en su forma adjetiva nos da el
sustantivo afecto, del que en nueva sustantivación
culta obtenemos afección y afectación, y de
aquí afectado. Es de observar cómo la formas vulgares
afición y aficionado han retrocedido hacia la
forma del presente, con i. Al margen de la evolución
fonética y ortográfica, es de destacar la variedad de
sentimientos y actitudes que se pueden expresar a partir de
elementos tan primitivos como la preposición a y el
verbo hacer.
En efecto, ya desde el latín, el verbo
afficio significa influir, obrar sobre alguien, despertar en
alguien cierta disposición de ánimo, afectar a alguien con
algo de manera agradable o desagradable, obrar una cosa
física o anímicamente en alguien. Aquí entran por tanto las
aficiones y los afectos, porque unas y otros
inclinan el ánimo hacia algo o alguien. Ad significa
"hacia", "en dirección a"; y fácere es "hacer". Pero si se
construye con un prefijo de dirección, obviamente deja de
ser un verbo de obra para convertirse en verbo de
movimiento. Cuando decimos "hazte a un lado" no estamos
pidiendo nada relacionado con "hacer", sino con moverse,
desplazarse. Y precisamente ese es el valor de "fácere"
(hacer) en el verbo affícere-affectum: moverse anímicamente
en dirección a algo o a alguien, sentir inclinación o
atracción por algo o por alguien.
En la descomposición de los dos elementos
se percibe en latín con mucha mayor claridad ese sentido de
empuje en una determinada dirección. Fecisti nos ad te, dice
san Agustín: nos lanzaste en dirección hacia ti. Puestos los
dos elementos juntos, nos dan el verbo affícere, con el
supino affectum y su sustantivación affectio, de donde sale
la afición. Es que efectivamente, todo afecto y toda
afición no son más que estar lanzado con fuerza hacia
alguien. Y si entramos más a fondo en el verbo, tendríamos
que añadir el significado de "hacer", con lo que tendríamos
que aquel a quien mueven un afecto o una afición,
en realidad es que están hechos para el objeto de sus afecto
o de su afición. Y si no han sido hechos, han acabado
haciéndose.
Mariano Arnal |

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