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- LA FRASE -

"Yo" es una palabra muy peque�a para contener nuestro ego�smo, que es tan grande.

Madame de Amiel-Lap�yre

Por eso hemos recurrido al "nosotros", porque la uni�n hace la fuerza. Pero no de todos, que tocar�a a menos. As� que hemos inventado el "vosotros" y "los otros", porque lo que m�s nos ayuda a engrandecernos y distinguirnos nosotros, es mortificarlos, humillarlos y rebajarlos a ellos.

 

�Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella
y haremos que nos obedezca!

Sim�n Bol�var

�ste es un camino, claro que s�, pero no sabemos ad�nde nos lleva. �O s� lo sabemos y preferimos contemplarnos el ombligo y hacernos los locos?

 

Amar�s a Dios sobre todas las cosas

He ah� el primer manadamiento. De lejos nos viene, pues, el fomento del amor a Dios (y del amor de Dios). Santa Teresa lo dijo en estas palabras hechas canci�n: Nada te turbe, nada te espante: quien a Dios tiene nada le falta: con Dios basta.

 

Egipto es un don del Nilo

Herodoto

Son los r�os los que determinan la vida de los pueblos, mientras que �stos como mucho pueden determinar la muerte de los r�os, pero no su vida. R�os abiertos y caudalosos cr�an pueblos abiertos y caudalosos; r�os secos y cortos, cr�an pueblos secos y cortos. Salvo honrosas excepciones.

 

Rerum natura, sacra sua non semel tradit

LA NATURALEZA NO ENTREGA SUS SECRETOS DE GOLPE

S�neca

Nos hemos de resignar a ir descubriendo poco a poco qu� nos reservar�n la naturaleza y la historia por empe�arnos en decidir nuestra vida a partir de cero.

 

Los fueros se instituyeron como transici�n de la condici�n de esclavo personal, a la de siervo de la gleba.

C�rdenas

Seguramente es una irreverencia insinuar que el apego a la tierra naci� de la miserable condici�n de la servidumbre de la gleba, que sublimada en amor a las cadenas, result� ser la quintaesencia del patriotismo.

 

Yo necesito muy poco, y ese poco lo necesito muy poco.

S. Francisco de As�s

�Qu� bien nos ir�a hoy un san Francisco de As�s! Pondr�a un poco de sosiego en nuestra vida atormentada por la producci�n y el consumo. No es la abundancia, ni siquiera la de materias en los estudios, lo que marca el nivel de calidad.

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