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- LÉXICO - ETIMOLOGIAS - ORIGEN DE LAS PALABRAS
MEDICINA Y
SALUD - ÍNDICE LÉXICO
EL ALMANAQUE
dedica sus afanes a poner a tu alcance UNA PALABRA CADA DÍA.
Aquí te ofrecemos el índice temático de MEDICINA Y SALUD y
afines.
ASPIRINA
LA
IMPORTANCIA DE HACERSE UN NOMBRE
Si buscamos esta
palabra en cualquier enciclopedia médica, nos la
definirá escuetamente como "nombre comercial del
ácido acetilsalicílico" y nos remitirá a ese
concepto. En efecto, la ASPIRINA no es nada más ni nada
menos que eso: ácido acetilsalicílico, un producto que
puede comercializar cualquiera, bajo el nombre que
quiera, menos el de ASPIRINA, que es de la casa BAYER.
El ácido salicílico,
obtenido de la corteza del sauce (en latín sálice)
se conoce desde muy antiguo; era usado ya por los
pielesrojas. La presencia de tanino lo hacía muy amargo.
Era un buen analgésico, pero bastante agresivo. Su
mezcla con ácido acético (del latín acetum, que
significa vinagre) lo hizo más tolerable y más eficaz.
La composición de los dos elementos nos da el nombre del
producto: "ácido acetilsalicílico", al que la
casa Bayer, que lo obtiene mediante una fórmula propia,
le puso el nombre comercial de ASPIRINA (que suena a
diminutivo de ásperus = amargo, y quizás quería
sugerir la idea de que era sólo un poco amarga).
La ASPIRINA tiene ya
una vida de más de 100 años, tantos como tiene el ácido
acetilsalicílico. Y mientras la fórmula y el producto de
Bayer han invadido el mercado, los demás laboratorios
que han comercializado también este fármaco, apenas le
han arrancado unos puntos de cuota de mercado. Y eso ha
sido posible no sólo gracias a la calidad del producto,
que por sí sola no alcanza esas cotas de quasimonopolio,
sino a la fuerza del nombre, que se ha impuesto de tal
manera que al ácidoacetilsalicílico sólo se le llama
así, por su auténtico nombre, en círculos reducidísimos
de profesionales, mientras el resto del mundo lo llama
ASPIRINA. He ahí lo que vale hacerse un nombre.
Hay dos únicos caminos
que llevan al máximo encumbramiento de un nombre: el
primero, que un nombre común se convierta en nombre
propio. Es el caso de Dios, que al eliminar de la
cultura en que se instaló a los demás dioses, se quedó
con el nombre en exclusiva, elevándolo a lo más alto. El
segundo camino es el inverso: que un nombre propio se
convierta en nombre común, de manera que deja sin
significado a los demás nombres propios. Éste es el caso
de la ASPIRINA, que por la sola fuerza del nombre ha
cerrado el mercado a cualquiera que quiera vender ese
mismo producto con cualquier otro nombre.
Mariano
Arnal
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