DIY: craftcore o cómo la vuelta al pasado se revaloriza en 2021
Definitivamente, lo natural es tendencia. Detrás de todos esos anglicismos que invaden las revistas de moda y decoración (crochet, patchwork, cottagecore, upcycling…), se aprecia el deseo de reencontrarnos con la naturaleza. Quizás se explique por los largos meses de confinamiento y restricciones, o tal vez sea porque cada vez estamos más concienciados de los problemas medioambientales.
Sea como fuere, lo cierto es que en 2021 lo que triunfa en DIY es la reutilización de objetos y el uso de materias primas obtenidas directamente de la naturaleza.
No hay mal que por bien no venga
Con todas las horas que hemos pasado en casa últimamente, era solo cuestión de tiempo que buscásemos formas de entretenernos más creativas que manipular las pantallas del móvil y la tableta, o el ordenador y la televisión. De hecho, el interés por las manualidades ha crecido enormemente durante 2020 y 2021.
Hasta tal punto es así que, según publica Rosie Greaves en Ecommerce Platforms, las dos principales plataformas de comercio electrónico dedicadas a productos de artesanía han disparado sus números desde que se declaró la pandemia. Etsy ha alcanzado 1,7 millones de proveedores y nada menos que 33 millones de compradores; mientras que Shopify ha llegado a procesar transacciones por un valor de 82 mil millones de dólares.
Es evidente que existe un interés creciente por parte de los consumidores, como lo es también que muchos aficionados al DIY se están dando cuenta de que su afición puede reportarles unos ingresos extra. O puede, incluso, convertirse en su nuevo medio de vida.
El craftcore está en boca de todos
Harper’s Bazaar Home, Glamour.es, VIP Style Magazine… todas las grandes publicaciones hablan de este nuevo arte que aúna sostenibilidad, moda y DIY. A continuación, te resumimos sus principales características, por si te animas a adaptar la ropa, los muebles o los artículos de oficina según el más genuino canon craftcore.
- Recycling + upcycling. Te suena lo de reducir, reutilizar y reciclar, ¿verdad? Pues eso mismo, pero con glamur.
- Mezclar es bueno. Como en el patchwork o en el collage, se pueden juntar todo tipo de materiales, preferiblemente de origen natural. Eso sí, cuando se trata de unir los diferentes elementos es imprescindible contar con el adhesivo adecuado para cada material. Se trata siempre de conseguir un acabado homogéneo.
- Una segunda vida. Salir a la calle con una colcha de ganchillo por encima de los hombros no es cool –por más que le hayamos cogido cariño durante el confinamiento–. Convertir la colcha de la abuela en un colorido abrigo de verano, un práctico capazo para la playa o un original corsé de croché es ecológico, barato y, además, estarás creando tendencia.
- Tradición. El craftcore rescata técnicas que están a punto de perderse: bordar, tejer, fabricar utensilios de madera, de cáñamo, de mimbre, etc. El objetivo: producir objetos con un aspecto lo más natural posible.
En resumen, el craftcore permite emplear el tiempo libre de una forma constructiva. Además, es apto para toda la familia y está de plena actualidad, tanto que todas las grandes publicaciones especializadas en tendencias le han dedicado páginas y páginas a esta técnica. Es más, puede transformar nuestra afición por el bricolaje en un nuevo modo de vida, más solidario y respetuoso con el medioambiente.