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REPORTAJES |
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A través de la
aorta del Bilbao metropolitano, la Ría del Nervión, comienza un
viaje por el corazón de la Bizkaia industrial, escenario de las más
diversas actividades desde la Edad Media, y cuna, desde mediados
del siglo XIX, de empresas que protagonizaron un desarrollo económico
sin parangón en este territorio. La ruta comienza en el puente
del Ayuntamiento de Bilbao, antes conocido como el puente chico,
pues había que pagar una perra chica para cruzarlo. Como la Ría
era navegable hasta el Arenal todos los puentes disponían de
plataformas móviles para permitir el tránsito de embarcaciones.
En la actualidad, el puente del Ayuntamiento permanece sellado.
Navegando por los muelles de Uribitarte se pueden contemplar los
distintos almacenes portuarios cerca del edificio de la Aduana,
que era donde se cobraban los aranceles de las mercancías traídas
por mar. Cruzando bajo la esbelta Pasarela de Santiago Calatrava
(1996) que une el Campo Volantín con la zona portuaria, se divisa
el Puente de la Salve, abrazado por la estela del Museo Guggenheim.
Atravesamos después el siguiente puente, el de Deusto, obra del
arquitecto Ricardo Bastida y uno de los últimos que ha mantenido
su sistema móvil activo. La pasarela de Euskalduna se encuentra
junto al Palacio de Congresos y de la Música, diseñado por
Federico Soriano. Surcamos las aguas entre el barrio de Olabeaga y
la península de Zorrozaure, lugar cargado de reminiscencias
portuarias e industriales. En Olabeaga proliferaron los talleres
navales, se remendaban las redes, y llegaban los barcos con
pescado fresco. La península de Zorrozaure estuvo unida a Deusto
totalmente hasta que en 1969 se abrió el Canal de Deusto, con
objeto de ampliar la capacidad de los muelles y atraques y
descongestionar el saturado puerto de Bilbao. Esta ribera vio
nacer en otro tiempo numerosos astilleros, almacenes portuarios y
talleres. En la margen izquierda aparecerá primero Urgozo,
antiguos depósitos para suministrar agua dulce a los barcos; más
adelante el solar donde se encontraba la Jabonera Tapia, y los
Talleres de Zorroza, empresa de construcciones metálicas. A
escasos metros aguas abajo, aparece la impresionante silueta de
Molinos Vascos, uno de los edificios más emblemáticos del
Patrimonio industrial vizcaíno. Nos dirigimos hacia el meandro de
Elorrieta y llegamos hasta la desembocadura del Cadagua, frontera
natural entre los municipios de Bilbao y Baracaldo. |