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REPORTAJES |
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Ubicado en la
zona templada del Globo, Euskadi goza de una privilegiada situación
climática, en la que las estaciones se suceden sin grandes
rigores. Este clima templado, junto a la bravura del mar, los
pueblos, las montañas y su frondosa vegetación, hacen de Euskadi
un País de rincones inesperados. Una lluvia amable riega un
territorio de naturaleza fértil, vertebrado a partir de la
prolongación occidental de los Pirineos, auténtica espina dorsal
que divide las vertientes cantábrica y mediterránea en dos ámbitos
sociales bien diferenciados. Por un lado, el País Vasco
septentrional. Una estrecha franja de tierra drenada por las aguas
que desembocan en el mar Cantábrico, litoral que en su parte más
oriental ha recibido el nombre de Golfo de Bizkaia. Escenario de
la comunicación simbiótica entre sus habitantes y el mar ha
configurado el desarrollo de grandes núcleos humanos y dinámicas
actividades urbanas, industriales y comerciales. Por el otro, el
País Vasco meridional, limitado al sur por el río Ebro al cual
confluyen las aguas después de fertilizar un área de grandes
espacios abiertos. Se trata de una zona menos urbanizada, más agrícola
y con un hábitat concentrado en núcleos de tamaño diverso. Al
amparo de sus tradiciones y derechos, Euskadi se vertebra políticamente
con carácter confederal y cada uno de los tres Territorios Históricos:
Araba (Álava) , Bizkaia (Vizcaya) y Gipuzkoa (Guipúzcoa)
disponen de su propia administración, la Diputación Foral, y sus
órganos legislativos, las Juntas Generales. Sus respectivas
capitales son: Vitoria-Gasteiz , Bilbao y Donostia-San Sebastián.
La población vasca actual sobrepasa los 2 millones de habitantes,
con una densidad cercana a los 300 habitantes por Km 2 , superior,
por tanto, al índice medio de la Unión Europea, y que se
concentra principalmente en los núcleos urbanos de la zona
septentrional. |