REPORTAJES 
DE VIAJES

VIAJE A EGIPTO,  RUMBO A EL CAIRO VÍA ITALIA 

Ahora que todo lo exótico impacta en la mente del hombre europeo; ahora que Egipto vive una época dorada gracias a un fluido turismo ávido de conocer cosas nuevas sobre una cultura milenaria a quién debemos mucho de nuestra propia cultura, que la emancipación de los pueblos es determinante y que la Egiptología es punto de mira constante por parte de los medios de comunicación, teníamos gran interés en profundizar un poco, pero sobre todo in situ, para vivir intensamente un reportaje que nos permitiera conocer un poco más todo lo relacionado con los mitos y las verdades de un país repleto de misterios y de enigmas, aún por descubrir. Por eso, respiramos hondo cuando la Oficina de Turismo de Egipto, por medio de su máximo representante para España y Portugal, D. Hamdi Zaki, dio luz verde para que pudiéramos realizar, para nuestros medios, un reportaje sobre Egipto. 

Somos conscientes de la dificultad que representa organizar un viaje al extranjero donde nada puede quedar al azar y todo ha de estar perfectamente organizado y sincronizado en sus mas mínimos detalles (horarios, desplazamientos, medios de locomoción, guías de habla castellana, comidas en lugares típicos, visitas a museos y lugares emblemáticos, etc.). Por ello, queremos felicitar al Turismo Egipcio que ha sabido estar en todo momento a la altura de las circunstancias, y agradecer la confianza depositada en nuestra Revista Dominical y en nosotros mismos. 

Uno de los primeros inconvenientes que encontramos, fue localizar una Compañía Aérea que quisiera patrocinar nuestro desplazamiento hasta El Cairo y cuyas fechas de embarque, tanto a la ida como a la vuelta, coincidieran con las estipuladas por la Oficina del Turismo Egipcio, ya que el apoyo logístico que recibiríamos en su día, empezaría a partir de El Cairo. ALITALIA, con quien ya habíamos tenido el placer de volar hace un par de años con motivo de una entrañable fiesta tradicional Italiana, "Il Palio di Ferrara", nos brindó, una vez más, sus servicios, con una pequeña salvedad: la ida, hacia El Cairo, tenía que ser vía Milán y la vuelta, hacia Madrid, vía Roma. Este aparente contratiempo tampoco resultó un problema insalvable, por cuanto las esperas para los transbordos, dentro del mismo aeropuerto, resultaron más que aceptables, además de permitirnos conocer el recién inaugurado y rutilante Aeropuerto de Malpensa, destinado a conectar vuelos de corto y medio alcance, con vuelos de largo recorrido. De esta forma ALITALIA puede presumir de haber creado una nueva arquitectura de navegación aérea con un mínimo de molestias para el usuario. La perfecta conexión de estos dos nuevos Hub (Fiumicino en Roma y Malpensa en Milán) permite un contacto fluido entre ciudades cuyo volumen de pasajeros no justifique un vuelo directo. Estos dos aeropuertos que podríamos llamar " de tránsito " (independientemente de los vuelos directos) permiten 450 salidas por día; 5.000 conexiones diarias y 50.000 semanales con tránsito y, en todos los casos, en menos de dos horas y media. 

Evidentemente, ALITALIA no necesita ninguna carta de presentación ya que sus de 50 años de solera la avalan sobradamente. Su flota actual de unos 150 aviones (desde el Boeing 747 de 404 plazas, 71 metros de largo, velocidad de crucero de 910 Km/h, y el escalofriante peso en despegue de 372.000 Kg, hasta el reducido 13 ATR 42 de sólo 28 m de largo y 66 pasajeros), no tienen nada que ver con los primeros balbuceos del 5 de Mayo de 1947 donde los legendarios trimotores FIAT G.12 cuyos fuselajes parcialmente revestidos de tela, le situaban ya a la vanguardia de la navegación aérea del momento. En cuanto al recibimiento, la comodidad, el servicio, las constantes cortesías por parte de los encargados de vuelo, basta decir que son del más genuino y puro estilo italiano - y decir italiano, equivale a arte y fair-play en toda la acepción de la palabra.  

En el segundo tramo del viaje (Malpensa/El Cairo) una pequeña octavilla indicaba que el menú no llevaba ningún tipo de carne de cerdo, deferencia ciertamente acertada teniendo en cuenta que en ese vuelo muchos pasajeros eran musulmanes y, sabido es, que el Corán prohibe a sus fieles el consumo de carne de cerdo, entre otras cosas. Antes de emprender el viaje, consultamos revistas especializadas en turismo y viajes, para saber las Compañías Aéreas que cubren los vuelos Madrid/El Cairo, (con o sin escala) y quedamos sorprendidos que en una de ellas, de reconocido prestigio, ALITALIA no figuraba en ninguno de sus apartados - un lapsus considerable para una revista cuya finalidad es informar al público... 

No nos paramos a pensar lo que habría sido de nosotros, si llegados a El Cairo, Luxor o Assuán, no hubiera habido una persona perfectamente cualificada y con quien pudiéramos entendernos, para dirigir nuestros pasos por lugares desconocidos para nosotros. Afortunadamente, esto no ocurrió y, nada más salir al hall del Aeropuerto, nos esperaba nuestro Angel protector Nagui que enarbolaba una pancarta donde figuraban nuestros apellidos. Con un envidiable castellano nos explicó los pormenores de nuestro periplo por tierras egipcias. Superado este primer trance de dudas y temores al estar en manos de una persona joven, competente y dinámica, pensamos en la veracidad de un famoso proverbio árabe que dice textualmente "...preocúpate del problema cuando llegue..." (porque es posible que no llegue nunca). Este problema no llegó a materializarse ya que estábamos en El Cairo y a partir de este momento Nagui se convertiría en el estandarte a seguir. Sin embargo empezamos a preocuparnos por otro problema, insospechado hasta entonces, que cuadraba aún mejor con el proverbio: Una de nuestras maletas no había llegado a su destino. Una vez más la mano prodigiosa de Nagui vino a sacarnos de apuros. Hicimos una reclamación en regla en el mismo aeropuerto de El Cairo y, de momento todo quedó ahí.  

Que duda cabe que al principio te quedas un poco frío y la perspectiva es la de un cuadro de los mejores tenebristas - ocho días con la misma ropa, con las mismas botas de montaña, una cazadora con mil bolsillos, una videocámara (que se estropearía al otro día) y una cámara fotográfica por todo equipaje... pero, eso sí, una gran dosis de auto-control y la moral por los suelos.  Un chollo, como diría mi compañero de viaje David, pero un chollo que nos impediría indirectamente, que tuviéramos una entrevista con el Ministro de Turismo de Egipto ya que ni el atuendo, ni la moral acompañaban en esos momentos para concertar la cita previa conseguida previamente por el Ministerio de Turismo Egipcio a través de su representante en España D. Hamdi Zaki. 

No quisimos buscar culpables ya que, como todo en la vida, y por supuesto en todo viaje, siempre surgen situaciones imprevisibles con las que no cuentas. En estos casos lo positivo es: guardar la cabeza fría y pisar firme para tratar de ver claro y amortiguar, en lo posible, los golpes del destino. Haciendo un recuento de la jornada, llegamos a la conclusión que era casi normal que algo fallara. Lo que ocurre en verdad, es que siempre piensas que le pasará al vecino... Veamos: había que estar en el aeropuerto de Barajas a las cuatro y media de la mañana, una avería generalizada bloqueaba toda la red de ordenadores (y hoy, por mucho que nos rebelemos, no somos nadie sin esos pequeños y fríos monstruitos electrónicos), una cola de 120 personas esperaba turno para depositar sus maletas. Todos iban a Milán. Para nosotros, Milán era el punto de enlace. Con cuatro manipulaciones, maletas para arriba, maletas para abajo, resulta casi milagroso que estas situaciones no se produzcan con más frecuencia a pesar de todos los medios que se ponen en busca de una perfección que se consigue prácticamente siempre. A veces las previsiones fallan, pero, se trata de casos contados.   

Afortunadamente, la maleta apareció al otro día, por la tarde, en la habitación del hotel ¡Hay que ver lo que puede recorrer una maleta no hablante en 24 horas...! 

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