RESURRECCIÓN
AnastasiV
(anástasis) la llamaban los griegos. Resurrectio
los romanos. Del verbo súrgere, que significa levantarse. De aquí
proceden los términos cultos surgir y resurgir. Palabras de honda
resonancia. Pero sólo es posible entender el levantarse, desde la
situación de postrado o caído. Y la de re-surgir, si antes de estar caído
se ha estado en pie. Todos estos conceptos están ocultos tras la
palabra resurrección.
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En
la Pascua de Resurrección se juntan dos conceptos
antagónicos que se corresponden con dos tradiciones
religiosas distintas: por una parte la Pascua judía, en la
que se celebra la comida del cordero pascual y de los panes ácimos
con que se inicia el proceso de liberación del pueblo
de Israel; y por otra parte se celebra la Resurrección de
Cristo, que ha sido posible precisamente porque antes ha sido
el cordero inmolado y el alimento de los cristianos para
emprender el nuevo camino, más que de "liberación",
de resurrección de la humanidad.
La Pascua de Resurrección es la síntesis del judaísmo y del
cristianismo, de la inmolación y de la vida. |
En
la resurrección cobra sentido la Pasión y la muerte, la propuesta de
tomar cada uno su cruz, de aceptar cada uno su condición, de
resignarse al sufrimiento e incluso a la muerte. Gracias a la
Resurrección queda justificada la inmolación de Cristo por nosotros
y la de cada uno de nosotros por sus semejantes. Si la víctima
inmolada resucita, ya no tiene nada de malo ofrecerse como víctima;
la muerte no es más que un estado transitorio de separación del alma
y el cuerpo.
Desde la
perspectiva de la historia del pensamiento humano, la resurrección
de Cristo es un episodio más del duelo de la humanidad contra la
muerte. Del mismo modo que el cristianismo comparte con otras
religiones la idea de la muerte de Dios y de cuanto ésta conlleva, así
también comparte la idea de la resurrección. Todas las culturas
tienen fórmulas doctrinales y mitos para sustentar en ellos las
ansias de inmortalidad. El hombre no se resigna a morir, y por tanto
no admite la muerte como definitiva. Las más de las culturas tienen
soluciones animistas: el hombre está dotado de alma, capaz de
proseguir una vida propia fuera del cuerpo, aunque sea
transitoriamente. Y confía en que el alma que abandonó el cuerpo por
su debilidad, volverá con fuerza suficiente para hacerlo levantarse
de nuevo, para resucitarlo. En este sentido la resurrección de sus
dioses es prenda y garantía de su propia resurrección.
Es coherente que
la Pascua de Resurrección sea para las Iglesias cristianas la mayor
de todas las fiestas religiosas, la que da sentido a todo el credo
religioso. Y sin embargo, en el sentir popular su rango es muy
inferior al de la Semana Santa (es decir a la celebración del dolor y
la muerte) o al de la Navidad, la celebración de la alegría del
nacimiento de Dios. La explicación más fácil está en que mientras
del nacimiento, del dolor y de la muerte tenemos vivencias que podemos
revivir, de la Resurrección lo único que podemos tener es una fe
despojada de vivencias.
HISTORIA
Esta
Hermandad nace en el seno de la Asociación La Salle, teniendo como
fundamento la caridad y la cultura, siguiendo la línea que en la
Iglesia marca hoy el Concilio Vaticano II. La Junta Organizadora de la
Hermandad se erige en el mes de mayo de 1969, siendo presidente de la
Asociación La Salle Don José Pérez Blanco.
El 18 de enero de 1970 es bendecida solemnemente la imagen titular, la
Santísima Virgen de la Aurora, obra del imaginero Jesús Santos, la
cual es sustituida en 1978 por nueva escultura debida a Antonio Dubé
de Luque.
Las Reglas y Ordenanzas de la Hermandad, encuadrada en la Sección de
Gloria, fueron aprobadas por el Ilmo. y Rvdmo. Cardenal Bueno Monreal
el 19 de marzo de 1972, de acuerdo con las cuales celebra Cabildo de
Elecciones en abril del mismo año, constituyéndose la primera Junta
de Gobierno presidida por Don José Luis Núñez González, primer
Hermano Mayor de la Hermandad.
Encargada la imagen del Señor al insigne imaginero Francisco Buiza
Fernández, fallecido en 1983, realiza la escultura de Jesús
Resucitado y del ángel que lo acompaña en el misterio evangélico.
Fue bendecida en 14 de abril de 1973, y apadrinada por las
Asociaciones La Salle, verdaderos viveros de cofrades para esta
Hermandad. El Domingo de Pascua de ese mismo año -22 de abril- efectúa
su primera salida procesional por las calles de la feligresía.
El 12 de octubre de 1981, el Sr. Cardenal decreta la incorporación a
las Hermandades de Semana Santa, con el carácter de Sacramental, de
Penitencia y de Gloria, aprobándose nuevas Reglas en marzo de 1982.
El Domingo de Resurrección de ese mismo año efectúa su primera
estación a la Santa Iglesia Catedral, vistiendo hábito nazareno sus
hermanos.
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