ARACELI

Nombre compuesto de dos palabras latinas: ara y coeli. Ara es sinónimo de altare. Es un altar más pequeño, destinado a libaciones y súplicas. Es más que el altar sobre el que se ofrecen los sacrificios, aquel ante el cual se reza y en el que se depositan las ofrendas. En el cristianismo se denomina con este término la piedra consagrada que se encaja en el centro del altar y que constituye su núcleo y su centro litúrgico. Es el ara, en resumen, una piedra sagrada destinada a la liturgia. Coeli es el genitivo de coelum y significa "del cielo"; los romanos llamaban caelum a la bóveda celeste, al firmamento, que consideraban morada de los dioses y héroes, representados por las estrellas y las constelaciones. Ara celi es la piedra sagrada mediante la cual nos mantenemos en comunicación con el cielo. Como nombre común la palabra araceli significa en español "fundamento sobre el que se asienta algo", "cima", "meseta".

Nuestra señora de Araceli es una advocación singular de la Virgen, muy antigua, que nace no de una aparición ni de una imagen, sino de un santuario edificado el año 595 en Roma sobre el solar en que existió el templo de Júpiter Capitolino en la cima del monte Capitolio. Por eso el primer nombre de este santuario, dedicado desde su fundación a la Virgen, fue el de Santa María del Capitolio. Pero pronto el pueblo le mudó el nombre. Edificado en la cima más alta de Roma, a la que había que subir por una larga escalinata a la que llamaban scala coeli (escalera del cielo) llamaron al templo Ara Celi, el altar del cielo. Miguel Ángel rehízo esta escalinata de 160 escalones en consonancia con el estilo del templo, convirtiéndola en una obra de arte y en un muestrario del antiguo esplendor romano: recuperó de las basílicas de los Julios, de los baños y de los palacios, grandes bloques de piedra, algunos con inscripciones, con los que construyó los escalones. La iglesia es de estilo heterogéneo, pues está edificada con restos de antiguos edificios romanos, por lo que hay en él columnas de granito de los palacios imperiales, mosaicos, capiteles y objetos de orfebrería de templos y termas, relieves griegos, y toda clase de materiales nobles recuperados de las ruinas del imperio.

Araceli es también un nombre geográfico. Con el prefijo celta Ara, que significa llanura, se han formado muchos compuestos toponímicos, como Araceli, Aracosia, Araclea, Aragonia, etc. Araceli o Aracilio (ant. Huarte Araquil) es una ciudad de España, al oeste de Pamplona, reino de los Várdulos. Los cántabros, que la defendían, prefirieron suicidarse antes que rendirse y convertirse en esclavos de los romanos. Estaba situada en el actual valle de Araquil. Se llama también Araceli una sierra y un santuario en la provincia de Córdoba, término de Lucena, con ruinas de un templo romano.

Las Aracelis tienen en su nombre el cielo, si atienden a su origen latino; la tierra si prefieren mirar a su origen celta; y el sol y el fuego (Ara se llama su símbolo) si se acogen a la mitología de América del Sur. Y por si no bastara, tienen el patrocinio de la Virgen, que desalojó del cielo a todas las divinidades femeninas. ¡Felicidades!