SANTORAL-ONOMÁSTICA

Santos del día 12 de Septiembre

El Dulce Nombre de María. Nuestra Señora de Lluc. Nuestra Señora de Estíbaliz. Guido, Leoncio, Salesio.


HÉCTOR

Ektwr (Héctor) es la forma griega de este nombre. Coincide con el adjetivo de acción de ecw (éjo)=tener, y significa "el que sostiene fuertemente", "el que retiene" y de ahí el significado de "ancla", sobrenombre que se da también a Zeus. Esto es lo más seguro sobre el origen y la forma de este nombre. Apurando un poco más se podría entender que tiene relación con el verbo ektoreuw (ektoréuo; ya sin h), que significa arrancar, extirpar, desbrozar, esculpir, cincelar... Es un compuesto de ek (ek), prefijo que indica movimiento hacia afuera, extracción, etc. Más titrwskw (titrósko), que significa penetrar, arrancar, herir, hacer daño, romper... Tendríamos en esta vertiente el aspecto guerrero y duro del implacable Héctor; y en la primera etimología se nos retrataría el héroe firme, que es capaz de defender a los suyos, que es para ellos un ancla que les ofrece seguridad en medio de las tormentas. Para los griegos y para los paladares que aprecian el mundo clásico, es éste un nombre exquisito.

Héctor es uno de los grandes héroes de la guerra de Troya, que narra Homero en la Ilíada. Era el primogénito de los reyes de Troya, Príamo y Hécuba, ya ancianos; era por tanto, aquel sobre quien cargaba el mayor peso en la defensa de la ciudad. Su hermano Paris (al que llamaban Alejandro) fue el causante de la guerra de diez años que acabaría con la ciudad. Resulta que habiendo ido a Esparta a negociar con el rey Menelao, sedujo a su bellísima esposa Elena y se la llevó para Troya. Acudió Menelao a Príamo a reclamar a su esposa, y habiéndose puesto el rey de parte de su hijo Paris, Menelao le declaró la guerra. Tenía éste como aliados a Aquiles, el gran rival de Héctor, el astuto Ulises y el valiente Patroclo. Éstos fueron los rivales contra los que mostró Héctor su extraordinario valor. Fue precisamente al dar muerte Héctor a Patroclo en singular combate, cuando entró en la guerra el otro gran héroe, Aquiles el de los pies ligeros. Al ver que entraba en combate el más valiente de los guerreros, todos los troyanos se refugiaron dentro de las murallas, pero Héctor quiso quedarse fuera a desafiarle. Sus ancianos padres le suplicaron que entrase en la ciudad; Héctor se mantuvo firme en su determinación y esperó el ataque de Aquiles. Pero al ver en su rostro y al oír de su boca la ira que le había producido la muerte de su amigo Patroclo, Aquiles tuvo miedo y emprendió una veloz carrera alrededor de las murallas de la ciudad. Tres vueltas dieron perseguidor y perseguido, hasta que finalmente fue alcanzado Héctor por la lanza de Aquiles. Pero no se calmó con ello su ira, sino que ató el cadáver a su carro y lo llevó a rastras alrededor de las murallas. Tuvo que abrazarse Príamo a los pies del matador de su hijo. Se conmovió Aquiles ante las súplicas del anciano y le entregó el cuerpo de Héctor para que celebrase los solemnísimos ritos funerarios. Héctor es una de las más soberbias creaciones de Homero (su contrapunto es la figura de su esposa Andrómaca). Era el baluarte y la defensa de Troya (quizás ésta es la clave de su nombre); alma grande, valerosa, y esforzada; de cuerpo bien formado y arrogante, el propio Aquiles tembló al acercarse a él. A pesar de tener Héctor el presentimiento de la ruina de su patria, perseveró en su heroica actitud, prefiriendo la muerte a la esclavitud y a la vergüenza. ¡Felicidades por tan gran nombre!

Copyright  EL ALMANAQUE  todos los derechos reservados.