SANTORAL-ONOMÁSTICA
Santos del
día 19 de Noviembre
Crispín y Cado obispos; Fausto diácono;
Feliciano, Exuperio, Severino, Barlaán, Bajo (Baldo, Baldomero), Dionisio y
Agapito mártires; Teodomiro y Totón abades; Abdías profeta.
CRISPÍN
De la palabra
griega krhpiV (crepís), que significa zapato, calzado, se forma el
sobrenombre Crepín, que significa zapatero, y que luego, al no tener
suficiente acomodo en la lengua española (aunque sí en la francesa, de la
que es originario), se asimila al más parecido, que es Crispín, derivado del
latín crispinus o crispus, que significa "de cabello rizado, ensortijado" y
que nos dará el apellido "Crespo". Por esos caminos laberínticos vino San
Crispín a ser elegido por los zapateros como su santo patrono.
Es
simpática la leyenda de los hermanos San Crepín y San Crepiniano, llamados
también San Crispín y San Crispiniano. Eran dos nobles romanos que fueron
enviados a evangelizar las Galias, por lo que son considerados los apóstoles
del Norte de Francia. Para no ser onerosos a sus fieles, se mantenían
ejerciendo el oficio de zapateros, de ahí su patronazgo sobre ese gremio. En
la persecución de Diocleciano,después de atroces tormentos que soportaron
estoicamente, fueron decapitados. Esto ocurría en el año 285, en Soissons.
Sus cabezas se veneran en Roma, en la iglesia de San Lorenzo, mientras sus
cuerpos quedaron en Soissons.Son muy venerados en Francia.
El
Santoral hace mención de otros cuatro santos con este mismo nombre, todos
ellos de los primeros siglos del cristianismo. A destacar San Crispín
obispo, decapitado por profesar la fe de Cristo. Su fiesta se celebra en
Écija el 19 de noviembre.
Los
nombres poco frecuentes, como éste, no están puestos al azar ni por
capricho, sino que responden a una tradición familiar muy arraigada todavía
en algunas familias, en virtud de la cual se intenta transmitir al recién
nacido, junto con el nombre del abuelo o de la abuela, toda la virtud, toda
la energía, toda la carga positiva del nombre, para que no se la lleven
consigo los abuelos cuando se vayan de este mundo, sino que quede depositada
en sus sucesores.
Si a esto
le añadimos los valores que tienen de por sí el nombre y los que tan
dignamente lo llevaron, pueden los Crispines sentirse confortados con su
nombre. Felicidades a éstos y a los zapateros.