La Bulimia Nerviosa       Por Miguel Angel Ruiz 

          Desde tiempo atrás el peso corporal ha sido inconscientemente asociado con valores socio-culturales. Siempre se le otorgó al cuerpo un lenguaje simbólico. En la antigüedad, la delgadez fue asociada con espiritualidad y misticismo, ahora la delgadez se asocia con belleza y éxito social. Muchos jóvenes luchan para conseguir el "físico ideal" motivados por modelos, artistas o por la publicidad comercial.

En la actualidad la Anorexia y la Bulimia Nerviosa han tomado una dimensión inesperada. A las disciplinas científicas les queda el desafío del estudio profundo de estas enfermedades, particularmente en áreas como la prevención y el tratamiento. 

La Bulimia nerviosa es un trastorno severo de la conducta alimentaria. Los individuos que la padecen, casi siempre mujeres, presentan frecuentes episodios de voracidad, seguidos de un sentimiento ce culpabilidad que les impulsa a realizar conductas compensatorias, como inducir el vómito o la ingesta masiva de laxantes.

Generalmente se presenta en mujeres más mayores que las que tienen anorexia. La media de edad de aparición está situada alrededor de los 17 años, aunque puede aparecer en personas de mediana edad o incluso prolongarse hasta aproximadamente los 50 años.

La bulimia va acompañada de un miedo enfermizo a engordar, y toda la pauta de conducta de las personas que padecen esta enfermedad sucede en el más estricto secreto, por ese motivo resulta difícil detectarla incluso en personas cercanas; esta enfermedad puede pasar desapercibida durante mucho tiempo. Otra dificultad en su detección radica en el hecho de que las personas afectadas por la bulimia nerviosa suelen tener un peso normal o incluso ser obesas.

Algunos indicativos para su detección pueden ser la constante preocupación por el peso, la costumbre de esconder alimentos, las marcas en las manos debidas a la gesto para la inducción del vómito o el mal estado del esmalte dental debido a la acción de los ácidos estomacales. Modificación del carácter como depresión, sentimientos de culpa u odio a sí mismo, tristeza, sensación de descontrol... Severa autocrítica y necesidad de recibir la aprobación de los demás respecto a su persona. Cambios en la autoestima en relación al peso corporal. Inflamación de las parótidas. Pequeñas rupturas vasculares en la cara o bajo los ojos. Irritación crónica de la garganta. Fatiga y dolores musculares. Oscilaciones de peso (5 ó 10 Kg, arriba o abajo).

A menudo aparece de forma episódica en las personas afectadas de Anorexia Nerviosa, y por otra parte está relacionada también con las tendencias depresivas. En el caso de asociarse a Anorexia nerviosa, debe tratarse primero la anorexia.

La consecuencia más evidente y dolorosa de esta enfermedad puede llegar a ser la muerte o un importante deterioro de la salud física y mental, aunque desde el principio y de forma más sutil se manifiesta el deterioro de las relaciones sociales a todos los niveles o la pérdida de la eficacia en el trabajo. De hecho, los entornos familiar y social son un factor decisivo para su recuperación, a menudo la cura de la bulimia nerviosa para por un enriquecimiento de esos entornos, que deben conocer mejor a la persona y a la enfermedad y brindar todo su apoyo afectivo.

     En la actualidad la Bulimia Nerviosa tiene mayor incidencia que la Anorexia Nerviosa,  debido al impacto de los medios de comunicación se halla en cierto modo “en la sombra”  de la anorexia. El 75% de las pacientes con patología alimentaria sufre Bulimia y el 25% restante Anorexia (Turnbull, et. al., 1996). La Bulimia Nerviosa surgió como una epidemia social en la década de los 70' y se prevé que aumentará su prevalencia en los años venideros.

 

Criterios para determinar la presencia de la enfermedad 

A. Presencia de atracones recurrentes. Un atracón se caracteriza por:

1. ingesta de alimento en un corto espacio de tiempo (p. ej., en un período de 2 horas) en cantidad superior a la que la mayoría de las personas ingerirían en un período de tiempo similar y en las mismas circunstancias
2. sensación de pérdida de control sobre la ingesta del alimento (p. ej., sensación de no poder parar de comer o no poder controlar el tipo o la cantidad de comida que se está ingiriendo)

B. Conductas compensatorias inapropiadas, de manera repetida, con el fin de no ganar peso, como son provocación del vómito; uso excesivo de laxantes, diuréticos, enemas u otros fármacos; ayuno, y ejercicio excesivo.

C. Los atracones y las conductas compensatorias inapropiadas tienen lugar, como promedio, al menos dos veces a la semana durante un período de 3 meses.

D. La autoevaluación está exageradamente influida por el peso y la silueta corporales, quedando dañada la autoestima.

E. La alteración no aparece exclusivamente en el transcurso de la anorexia nerviosa.

  Es preciso especificar el tipo de bulimia:

 Tipo purgativo: durante el episodio de bulimia nerviosa, el individuo se provoca regularmente el vómito o usa laxantes, diuréticos o enemas en exceso.

Tipo no purgativo: durante el episodio de bulimia nerviosa, el individuo emplea otras conductas compensatorias inapropiadas, como el ayuno o el ejercicio intenso, pero no recurre regularmente a provocarse el vómito ni usa laxantes, diuréticos o enemas en exceso.

 

Algunos datos curiosos:  

La palabra bulimia también deriva del griego bous (buey) y limos (hambre) y significa tener el apetito de un buey. Los atracones han sido practicados desde hace miles de años. En la antigüedad los individuos dependían de la caza masiva seguida de uno o dos días de comilona. Estos atracones permitían acumular tejido graso para compensar los períodos de carencia de alimentos.

Los romanos se auto-inducían el vómito luego de extensos banquetes. En el siglo X, Aurelianus describió al 'hambre mórbido' como un apetito feroz con deglución en ausencia de masticación y vómito auto-provocado. En estos enfermos eran evidentes las grandes glándulas parótidas y la existencia de caries. Estos signos, característicos de la Bulimia Nerviosa, son consecuencias médicas del vómito auto-inducido.

La bulimia fue originariamente concebida como un desorden somático causado por humores fríos, parásitos intestinales, lesión cerebral o simplemente como una anormalidad congénita. A comienzos del siglo XIX los diccionarios médicos describieron a la bulimia como la presencia de apetito voraz seguido de vómito propio de la histeria y del embarazo.
Tiempo después la enfermedad fue aceptada como un desorden neurótico. En 1979 la bulimia fue minuciosamente descripta por un médico estadounidense llamado Russell.
 

Investigadores de la University of Pittsburg (Estados Unidos) han descubierto que las mujeres con una historia de bulimia muestran diferencias importantes en la regulación de una hormona de su cerebro que controla el apetito y el humor.

Estas diferencias podrían sugerir una susceptibilidad innata al trastorno alimentario. El cerebro de las pacientes con bulimia mostraron una reducción de la capacidad de la serotonina para unirse a sus receptores en ciertas regiones del cerebro. También se encontró que las mujeres con bulimia no mostraban el declive normal en la unión de serotonina característico del envejecimiento.

EL ALMANAQUE   PSICOLOGÍA - PSICOANÁLISIS

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