¿Qué hacer con el desvelo?
“Creo que de noche me despierto con frío al descubierto tanteando oscuridad.
Creo que la lluvia esta cayendo y no voy sonriendo dejándome mojar.
Creo que me va a quitar el sueño un dedo aquí, un labio allá,
¡Que te perdí!, Que ya no estas... Y que te vas".
S. Rodríguez
|
EL ALMANAQUE PSICOLOGÍA - PSICOANÁLISIS EL ALMANAQUE PSICOLOGÍA - PSICOANÁLISIS EL ALMANAQUE PSICOLOGÍA - PSICOANÁLISIS EL ALMANAQUE PSICOLOGÍA - PSICOANÁLISIS
Deseo el del sujeto por el otro. Otro que también tiene su deseo, y que no siempre nos incluye.
Obrar para que el deseo del Otro se interese por uno es el secreto de las parejas, aunque no siempre esto es posible. Para relacionarse hay que saber despertar el deseo del Otro. Interrogarse por él es despertar al amor, a “eso” que hace falta.
Algunas personas se angustian ante la posibilidad de interrogar a eso que hoy les hace falta, y huyen de toda relación donde se juegue el compromiso con lo deseado; refugiándose en si mismos, “creyendo” encontrar “la PAZ” en la tranquilidad del goce fácil.
Mas en esa huida pierden, aun sin saberlo, su única posibilidad de acceder al deseo. Son lo que “eligen” vidas imaginarias, conformistas, descomprometidas y tristes. Y lo fácil allí es la inhibición, que es la cárcel privada del neurótico. Los que así eligen, a pesar de sus intentos, caerán en la cuenta, mas temprano que tarde, que ese era solo un camino imaginario. Porque inevitablemente se toparan con algún Otro que los llevara a interrogarse sobre su papel en la vida. Y se angustiara y pensara en huir y volver a replegarse en lo privadamente suYO, en una repetición cobardemente obsesiva. Pero escapar es imposible, porque, en esos momentos que estremecen, recordara que alguna vez amo y que conserva las marcas que nunca se le borran de aquello.
Pero también están los otros, que son sujetos que se animan a interrogar a un Otro acerca de su deseo. Son los que despiertan del sueño neurótico, pero no para seguir durmiendo en la vida. Y sienten el deseo de hablar, como bien lo decía Nietzsche:
“Es de noche... En mi hay algo insaciado, insaciable que quiere hablar”.