En notas anteriores nos interrogábamos sobre el DESEO del OTRO,
de cómo un sujeto se preguntaba sobre ¡¿ Qué queréis de mí?!, o en
otras palabras ¿ Qué quiere el Otro de mí?. Hoy nos interrogaremos
sobre que es lo que queremos nosotros. La manera en que abordamos el
problema, comenzando por la pregunta acerca del deseo del Otro y
continuando por el deseo del sujeto, no es casual, ya que para el
psicoanálisis la única forma que tiene un sujeto de acceder a su
propio deseo es a través del deseo del OTRO.
Alguna vez en
la vida tanto hombres como mujeres nos interrogamos sobre estas
cuestiones, a veces la pregunta queda detenida en algún ítem de los
expuestos mas arriba y no se puede avanzar, ¿en cual se halla
detenido usted?.
Parece ser que
solo los poetas llegan a formularse la ultima pregunta ¿qué es
amar?. Seguramente poetas y psicoanalistas compartimos mucho en
común, en lo que hace a preguntarnos sobre cosas que parecieran no
tener valor. Esto en cierta medida es REAL, ya que para el
psicoanálisis que algo no tenga valor, no significa que carezca de
importancia. Y la importancia esta dada en ¿de qué otra cosa sufren
los seres humanos sino es por los infortunios del amor?.
Para querer a
nuestra pareja, a nuestro “partenaire”, es necesario dejarse
sorprender, mantener el deseo de sentirse sorprendido, cuando nada
nos sorprende prevalece el “ya sé”, el “ya lo sabemos”, el “ya sé lo
que te pasa”, o el “ya se lo que el Otro quiere”, siendo este saber
una respuesta anticipada que le tapa toda posibilidad a lo nuevo.
Cuando uno quiere se encuentra disponible, lo que no significa estar
a disposición de.
El
psicoanálisis sostiene que: “amar es dar lo que no se tiene”,
interesante modo de abordar al amor, por el lado de la falta y no
por el de la moral de los bienes.
Para
escapar del sufrimiento que a veces trae aparejado querer a alguien,
algunos creen que separándose de su pareja podrían ser libres para
hacer lo que se les dé la gana, esto no es nada mas que una “ilusión
neurótica”, la salida REAL no se encuentra por el lado de la huida
sino en encausar esa ilusión en un estar libres para querer.