DOMINACIÓN
Quedó
sentado el pasado jueves que en fin de cuentas todo el que es mantenido ("tenido de
la mano") depende ("está colgado") de quien le mantiene, y que por tanto
la condición de mantenid@ hay que mirársela con desconfianza, pues aunque tenga la
apariencia de favor, es en fin de cuentas un resultado de la dominación, es decir de que
alguien es tu "dóminus", tu amo, y te trata como un menor, aunque estés bien
granad@ ,
En efecto, únicamente en minoría de
edad es coherente que alguien provea a tu manu-tención, y ese alguien son los padres.
Pero cuando de jure tenemos ya que se es "menor" hasta los 18 años, y de facto
hasta los veintitantos, porque cada vez se alargan más los años de la manu-tención, lo
que estamos haciendo es educar en la infantilidad a contingentes cada vez mayores de
población. Es probable que los Maquiavelos de la política hayan calculado que es
sumamente interesante y manejable este tipo de población, por lo que este fenómeno no se
debería a la incapacidad, sino al cálculo de los políticos. En efecto, cuanto más
dependiente es un ciudadano del Estado, más fidelidad de voto, batiéndose los récords
de fidelidad en los pensionistas y los parados, en resumen, aquellos cuya condición
definitiva es pender de otros (del latín péndere, pensum, que significa estar colgado).
Desde este punto de vista ha
constituido un triunfo extraordinario no tanto el trabajo de la mujer, sino la
in-dependencia que alcanza por su capacidad de automantenerse.
Mal se aviene esta condición de
man-tenid@ con las pretensiones de e-man-cipación, es decir de "soltarse de la
mano" para unas cosas y seguir "cogido de la mano" para otras. Es decir ser
un emancipado mantenido. Algo así como un círculo cuadrado.
Volviendo a la relación amos -
esclavos, de donde nos vienen estas palabras, muy eufemísticas, por cierto, manu tenere
significaba tener cogido de la mano, es decir, tener poder sobre el esclavo. Manu míttere
(de ahí manu missio, manumisión) significaba soltarlo de la mano, dejarlo libre. Y
e-man-cipatio, des-cogerse de la mano, soltarse, liberarse. Mancipium era el protocolo de
venta por mancipación, y se llamaba también así a lo mancipado, especialmente las
personas. Mancipio (de donde derivará "mancebo", que dejo para el día de
Venus) era, por tanto, sinónimo de esclavo. La palabra está formada de manu, que
significa mano, y capio, que significa coger, con lo que mancipio es aquello que se tiene
cogido de la mano, y e-manciparse significa soltarse de la mano. La diferencia entre
tenere y capere es que el primero significa tener de tal manera que no se pueda soltar, es
decir retener, mantener; mientras el segundo, de la familia de capturar (para el jueves
próximo), hace referencia al momento en que se entra en posesión, por eso entre sus
significados está el de "prisionero de guerra"