ROMÁN
Es una palabra
polisémica: por una parte se denomina así al granado (Púnica Granatum), el
árbol que produce las granadas. Y por otra parte es la forma primitiva del término
"romance". Sin embargo, al ser más antiguo el nombre propio que estas dos
acepciones (del siglo III es el primer San Román del Martirologio) hay que concluir que
se obtuvo directamente de la forma latina "Romanus" y que su
significación es la misma, "romano", que debió emplearse como sobrenombre
distinguido, hasta llegar a ocupar el lugar del nombre.
Cuatro emperadores del Imperio romano de
Oriente, desde el siglo VIII al XI se honraron con este nombre. Destaca entre ellos Román
III cuyo reinado fue glorioso, pues limpió de corsarios el Mediterráneo y mantuvo su
reinado en paz gracias a que supo elegir su mano derecha, un eunuco que se ocupaba de
gestionarle con pleno acierto el gobierno, mientras él se dedicaba en cuerpo y alma a los
placeres.
San Román, diácono de Cesarea,
sufrió martirio el año 303, en Antioquía. Según el Martrologio Romano, a consecuencia
del decreto de persecución dado en nombre de los dos Augustos y de los dos Césares,
temblaron muchos de los cristianos de la capital de Siria. Román, que era a la sazón
diácono de Cesarea y que entonces se encontraba allí, los reunió y los animó a
perseverar y a mantenerse constantes en su fe. Las autoridades romanas, durante los días
de la pascua de los cristianos, lo condenaron a morir quemado, asistiendo el mismo Galerio
a la ejecución. Una lluvia repentina extinguió la hoguera, por lo cual el mártir,
riendo, preguntó dónde estaba el fuego. Esto le mereció que le cortaran la
lengua ; su ejecución fue aplazada y durante todo el tiempo que transcurrió hasta
que le ejecutaron en la prisión de Antioquía, continuó hablando milagrosamente;tanto,
que se reclamó al médico que la amputó, y éste pudo mostrarla, pues la había guardado
como reliquia.
Son siete más los santos que llevan este
nombre, que encontramos también en la geografía y como apellido en el elenco de
historiadores, escritores y artistas.
Los afortunados que se llaman Román
tienen un nombre muy agradable de llevar, de noble origen, en el que han dejando su virtud
y su gracia los personajes que lo han llevado. Y por si le faltaba algo, es el nombre de
un bello árbol, el granado.