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Esto tendréis por señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y reclinado en
un pesebre. Al instante se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial, que
alababa a Dios diciendo: "Gloria a Dios en las alturas, y paz en la tierra a los
hombres de buena voluntad". (Lc 2, 12.14)
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