DOGMA
La fe se alimenta de dogmas. ¿Y qué son dogmas? Son opiniones que en virtud
del principio de autoridad, de infalibilidad, de inspiración divina de los dogtores
que tiene la Iglesia, son asumidos como verdades incontrovertibles. Eso es inevitable que
sea así cuando se está en la única doctrina verdadera, y por tanto en posesión de la
verdad. Pisteuw eiV ena baptisma metanwseoV... (Pistéuo eis éna baptísma metanóseos), creo en un solo lavado de
cambio de mente, eiV ajesin amarthmatwn (eis áfesin amartématon) para la expulsión de los errores. La
traducción "oficial" dice: "creo en un solo bautismo de penitencia para el
perdón de los pecados". No hay manera de vislumbrar siquiera el significado
auténtico (el pre-ritual) de las palabras empleadas por el original griego, que fue el
significado inicial. Las transformaciones que introduce la traducción son tan profundas
que a lo más que llegan sus palabras es a funcionar de metáforas más o menos
afortunadas del original. Son, de hecho, la barrera que impide saber qué dice realmente
el texto original. El lavado de cerebro se llama bautismo, y el error pasa a llamarse
pecado.
De la raíz griega dok- (dok-, de
la que obtendremos la raíz latina doc-), tenemos el verbo dokew (dokéo) del que proceden doxa (dóxa) = opinión, imaginación,
creencia, convicción, doctrina y dogma (dógma) = opinión (cuando es del senado, se convierte en
"decreto"). Dokéo significa ante todo "parecer", por
oposición a "ser". "Conviene empeñarse no en parecer (dokein dokéin) el mejor, sino en serlo (einai éinai)". (Esquilo). Cuando
aquel a quien le "parece" algo, tiene autoridad, dokéin significa
decidir, y tanto la sustantivación en doxa como en dogma, significan
"orden", "decreto", "imposición". Ocurre lo mismo que con
el término latino arbitror, que significa "opinar", y que al llegar a arbitrium
se convierte en "decisión" (ver en la
web Árbitro). Vale la pena indicar aquí que el
verbo latino docere, del que obtendremos los derivados cultos docente, docencia,
doctor, doctrina, documento y sus afines, y que traducimos como "enseñar",
tiene efectivamente el significado que le es más propio a esta palabra: "señalar
hacia (in signare)", es decir "mostrar", "hacer ver",
(obsérvese que no es precisamente ésta la forma dominante de la docencia).
Es tan irrefrenable la inclinación a imponerse sobre los demás, que se llega al plano
de las opiniones. Un dogma no es otra cosa que una opinión impuesta. Desde
el momento en que la palabra dogma pierde su principal significado, que es
"opinión", "parecer", para pasar a significar tan sólo
"decisión", "imposición", "cosa que hay que creer a la
fuerza", el dogmatizado ha perdido el derecho a creer lo que ven sus ojos y a fiarse
de sus oídos: su mente no puede funcionar con los datos que obtiene directamente de la
realidad, sino que sólo puede operar con los dogmas que se le suministran
directamente desde la verdad única. El opinar se convierte en un gravísimo
atentado contra la verdad, que sólo puede ser proclamada por los que están en legítima
y exclusiva posesión de la misma.
Mariano Arnal
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