FLORENCIO

Del lat�n florens, florentis, que significa floreciente, se ha formado el nombre propio Florencio. De la misma ra�z se han formado tambi�n Florent�n, Florentino, Flora, Flor, Florentina y el apellido Flores. Todos ellos se han mantenido como nombres selectos, por lo que no se han prodigado en exceso. Cuando el verbo florecer se dice con respecto a personas, como variaci�n de vivir, indica que su vida resulta, por su gracia y por sus obras, una floraci�n.

San Florencio es un monje que floreci� en la primera mitad del siglo XII. Se desconoce la fecha de su nacimiento, pero se sabe con certeza que fue abad del monasterio de Santa Mar�a de Valverde primero, y a�os m�s tarde del monasterio de Carracedo. Se conoce especialmente este monasterio porque do�a Elvira quiso que a �l estuviese vinculada la f�brica de Toldanos, cerca de Valderas. Tambi�n el emperador Alfonso VII honr� al santo abad. De �l dice Henr�quez en el menologio cisterciense: Fue hombre de gran prudencia y piedad que, adornado de las m�s elevadas virtudes de la santidad, emigr� felizmente de esta vida y aqu�, hasta el d�a de hoy, se celebra su memoria con gran honor. Para llevar una vida m�s acorde con la Regla de san Benito que hab�a profesado en el monasterio de Carracedo (comarca del Bierzo), decidi� ponerse �l y su monasterio a las �rdenes de la Congregaci�n reformada Cisterciense. Manrique precisa que muri� el a�o 1156. Su sepulcro fue hallado por el docto cisterciense Alonso en Carracedo, en un nicho del cap�tulo bajo, con tres inscripciones.

Los Florencios celebran su onom�stica el 11 de mayo (S. Florencio m�rtir de la legi�n tebana); el 15 de mayo (S. Florencio obispo de la antigua Populonia, frente a la isla de Elba); el 13 de octubre (san Florencio m�rtir); el 17 de octubre (san Florencio obispo de Treveris, m�rtir y S. Florencio obispo de Orle�ns, confesor de los condes de Orle�ns); el 25 de octubre (S. Florencio obispo de Cahors) o el 10 de diciembre (san Florencio abad).

Florencio el cal�grafo, fue un monje espa�ol del siglo X. Bien puede decirse de �l que fue el pr�ncipe de nuestra caligraf�a. S�lo se le puede comparar Magio de T�vara, autor del primer Beato (c�dice miniado del Apocalipsis). Vivi� Florencio en el monasterio de Berlangas (Baralangas, Baler�nica y Baral�nica son sus nombres m�s arcaicos), en la provincia de Burgos.Sus c�dices ejercieron una influencia decisiva en la escritura moz�rabe, haci�ndola entrar en un per�odo que que se caracteriza por la elegancia de la letra, por el romanismo de sus letras capitales y por el amplio concepto de las ilustraciones pict�ricas. En 945 est�n firmados dos de los c�dices m�s notables que salieron de su mano cuando contaba s�lo 25 a�os. Estos c�dices son Los Morales de San Gregorio y la Biblia de San Isidro de Le�n, con reminiscencias carolingias en sus miniaturas.

Tienen los Florencios un nombre que evoca las mejores galas de la naturaleza, y que es signo de la m�s esplendorosa vitalidad. �Felicidades!

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