CONNIVENCIA
El verbo nicto - nictare significa hacer guiños o señas con los ojos,
parpadear, mostrar con cualquier señal, que se ha percatado uno de cualquier cosa que
brilla o se mueve. De este verbo procede el compuesto conniveo - connivere - connixi,
que significa cerrar los ojos, guiñar los ojos, hacer la vista gorda, descuidarse,
dormirse. Altero oculo connivere significa guiñar un ojo. In aliqua re
connivere, ser indulgente en algo. Con referencia a los astros, connivere
significa eclipsarse. Está claro el significado de connivencia. Se ha mantenido
invariable desde que se forjó la palabra. Seguramente por ser un cultismo muy poco usado.
La connivencia es la colaboración más valiosa con que puede contar todo aquel que
quiera transgredir la ley o modificar la legalidad. Guiñar el ojo, hacer la vista gorda,
cerrar los ojos o eclipsarse, son señales todas ellas en favor del que delinque. Son
variaciones de un mismo tema. Unas de no beligerancia, otras de complicidad discreta, que
no pueda nunca materializarse en acusación formal. Estas actitudes son propias de quien
piensa que el delito no le afecta, y por tanto decide no intervenir. Es una actitud ya muy
generalizada en la ciudadanía. La reacción más frecuente ante una agresión sufrida por
un desconocido, es pasar de largo, no complicarse la vida. Con esto los delincuentes
pueden cometer sus fechorías a plena luz del día y ante la mirada distraída de
multitudes, que como dice el refrán, es como si aprobasen lo que ven.
Cuando la connivencia es con quienes van minando nuestros derechos civiles, puede tener
hasta un aura de tolerancia, puede venderse incluso como una gran virtud
democrática. Tolerancia con grupos cada vez más intolerantes. Pero como el ejercicio de
la connivencia-tolerancia se va haciendo gradualmente, se llega al fin a aceptar como algo
natural que en un campamento de euskaldunización un chavalín tenga que hacer las
excursiones con la mochila cargada de piedras por haber hablado en español. Y se acepta
que todos los fines de semana los chiquillos de las ikastolas se calcen los pasamontañas
para hacer sus chiquilladas. Y que los adversarios políticos puedan ser coaccionados,
amenazados y cuando convenga, asesinados. Y se les dan nombres decentes a estas cosas. Y
ya ni siquiera se mira para otra parte. Se miran de frente y se comprenden. Se ejerce con
ellas la virtud de la tolerancia, de la convivencia con los que
"piensan" de forma distinta, la transigencia con sus pequeñas
transgresiones.
Y por fin, la clave. Perseguir a los terroristas, pararles los pies, detenerles, es poner
en peligro la paz. Es un acto de irresponsabilidad. Es demostrar que no se quiere la
paz, que se busca tan sólo la confrontación. Eso han confesado, su connivencia con el
terrorismo. Era evidente, pero aún no la habían confesado. Los que realmente tienen el
poder, les obligan a destaparse. Y sólo están empezando. Aún nos falta oír muchas más
cosas sobre la paz que quieren vendernos. Y nosotros, como si no entendiéramos de qué va
la película, que a cuánto el kilo.
Mariano Arnal
Copyrigth EL
ALMANAQUE todos los derechos reservados.