MUJER 4

El entorno léxico de mulier nos ofrece un par de lugares de visita obligada: los verbos mulco y mulceo por una parte, y el sustantivo ancilla por otra. Vamos por partes. El verbo mulco, mulcare, mulcavi, mulcatum, que significa golpear, dañar, maltratar, perjudicar, se bifurca en mulgeo, mulgere, mulxi, mulctum o mulsum, que significa ordeñar (ver MUJER 1) y en mulceo, mulcere, mulsi, mulsum, que significa palpar, tocar suavemente, acariciar... y pasando a otros campos, amansar endulzar, calmar, seducir con halagos, dar coba, encantar, embelesar. Es curioso observar cómo se corresponden las variaciones fonéticas con las variaciones semánticas. Los verbos mulgeo (ordeñar) y mulceo (palpar) comparten supino, y por tanto sustantivación, como no podía ser menos (mulcator es el que castiga o maltrata, si se le considera procedente de mulco; y en cambio significa adulador, lisonjero, si se le considera derivado de mulceo); y de mulco (golpear) a mulceo y mulgeo, no hay más que un cambio de desinencia de acción puntual a acción más durativa y sosegada. Si efectivamente mulier perteneciese a este grupo léxico, no es poco lo que se puede construir a partir de este hecho, que se confirmaría en la medida en que el mismo fenómeno se produjese en otras lenguas. Como curiosidad léxica hay que añadir que la palabra "multa" tiene como grafía arcaica "mulcta" por su procedencia del verbo mulcto, mulctare, derivado de mulco, que como queda dicho significa golpear, maltratar, castigar. Queda también abierta la puerta al grupo léxico relacionado con el campo léxico de "moler" (ver MUJER3), que no hay que perder de vista, y que casualmente o no, está relacionado con el grupo de mulco, mulcere.

Se trata de abrir frentes de reflexión antropológica a partir del análisis léxico. Es muy sugestiva también desde este punto de vista la palabra ancilla, con la que denominaban los romanos a la esclava (obsérvese que el masculino es servus, gran evidencia de que se percibían como realidades muy distintas el esclavo y la esclava). Los lexicógrafos están de acuerdo en que ancilla procede del griego agkulh (ankíle), campo léxico y semántico bastante extenso, que abarca los significados de "manca", "de brazos curvados", "atada", "encorvada". Es posible que la palabra clave para interpretar el significado de ancilla sea el término griego agkwn (ankón), que significa básicamente codo y curvatura. Analizando los usos de la palabra griega agkulh (ankýle) se llega fácilmente a la conclusión de que ésta es finalmente la cuerda que obliga a curvarse o que mantiene curvado o atado o impedido. De ahí procederá luego el significado de "manco-manca". No es poco el tema de meditación que proporciona el análisis de la palabra con la que llamaban a las esclavas en latín (para llegar a la misma denominación que la del esclavo con la sola variante del morfema de género, han tenido que cambiar mucho las cosas). Uno se contempla la Venus de Willendorf manca de pies y manos, con un vientre y unos pechos excesivamente pronunciados, y piensa si no será una imagen real, más que una idealización de la mujer, una ancilla, es decir una esclava más que una Venus.

Mariano Arnal

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