ISMAEL

Nombre hebreo del Antiguo Testamento. Procede de Ichma-el o Isma-el, es decir, "Dios escucha". El primero que llevó este nombre fue el primogénito de Abraham, que nació de su unión con Agar, esclava egipcia de su esposa Sara. Es muy estimado tanto entre los judíos como entre los árabes (Ismail es la versión árabe). Entre nosotros, con el gran auge que han experimentado últimamente los nombres bíblicos, el de Ismael ha conocido un notable resurgimiento.

Ismael es un símbolo de la convivencia entre dos pueblos que no pudiendo unirse, por pertenecer a dos concepciones muy distintas y distantes de la vida, tienen sin embargo una firme vocación de conocerse y respetarse mutuamente. La historia de las relaciones entre el pueblo árabe y el pueblo judío están prefiguradas en la propia historia de Ismael. Por aquello de que Dios escribe derecho con renglones torcidos, Sara, la esposa del patriarca Abraham, fue estéril durante muchos años. Deseosa de tener descendencia, aunque no naciera de su vientre, entregó Agar a Abraham para obtener de ella ese hijo tan deseado. A partir de ese momento las relaciones entre ama y esclava se hicieron muy tensas, y se hicieron insostenibles tan pronto como supo Agar que estaba embarazada. La esclava, toda ufana, miraba a su señora por encima del hombro y exhibía su preñez, por lo que Sara empezó a hacerle la vida imposible; hasta que Agar, no pudiendo aguantar ya más, huyó de casa. Pero el ángel del Señor la hizo volver. Cuando por fin Sara fue fértil y tuvo a su hijo Isaac (padre de Esaú y Jacob), echó a Agar de casa con su hijo Ismael. Según nos explica el Génesis (16-25), Ismael, junto con su madre, fue arrojado del hogar paterno. Tuvo que vivir errante en el desierto y un ángel tuvo que salvarle la vida al indicar a Agar la localización de una fuente de agua viva.

Ismael tuvo doce hijos, y sus descendientes, o ismaelitas, se establecieron en el gran contorno que se extiende entre la frontera de Egipto y el golfo Pérsico. Muchas son las tribus, especialmente las de Arabia del Norte, que han pretendido descender de Ismael, y el mismo Mahoma lo reconoció al colocarlo a la cabeza de su genealogía, como padre del pueblo árabe. Así, según el islamismo (en árabe, a Ismael se le llama Ismail) ayudó a Abraham en la construcción del templo de La Meca. Ismael, en efecto, contrajo matrimonio con una mujer de la tribu de Yurhasm o Yurhum, una de las tribus desaparecidas, según los genealogistas árabes. El nombre en árabe de Ismail ha sido muy empleado entre los árabes, y tenemos en él al séptimo imán de los ismaelitas, a otro fundador de la rama de los príncipes malagueños de la dinastía nazarí, a otro como noveno rey nazarí de Granada, a dos sha de Persia, a un sultán alawi de Marruecos y a varios jedives de Egipto.

Los que llevan este nombre celebran su onomástica el 17 de junio, fecha en que se conmemora san Ismael mártir. Aunque es precisamente el Ismael bíblico el que les sirve de modelo y referente. Un estímulo para superar todas las dificultades por grandes que éstas sean, un ejemplo de confianza en sí mismo, de capacidad de positivar cualquier situación y de encontrar nuevos caminos a pesar de que las circunstancias sean adversas. ¡Felicidades!

Copyrigth EL ALMANAQUE  todos los derechos reservados.